viernes, 3 de julio de 2015

Infieles.

Despertaron casi destapados. No era para menos, la noche anterior apartaron las sábanas y las mantas ya que sobraban por el calor que desprendían sus cuerpos; húmedos y níveos.

Ella mandó sus gafas al suelo, junto con su ropa interior.
Esas gafas que la hacían tan interesante y tan sexy.

Él dejó su corbata y lacado pelo peinado hacia atrás totalmente alborotado al despertar. Buscó su corbata y mirando al techo, milagrosamente la encontró en el ventilador.

Llevaban juntos algo más de un mes, pero ya se compenetraban como si fueran uno.

Se ducharon juntos después de un fuerte desayuno.
Tostadas con mermelada de arándanos, zumos de naranja exprimidos por él, y un donut para cada uno durante el trayecto al trabajo.

Él iría a su buffete, a estudiar un nuevo caso entrando en su despacho con la placa "Abogado Andrew" en la puerta... Se sentó... Recordando sus manos; acariciándole. Recordando susurrar su nombre; todas las veces que la llamó; "Karen, Karen. Te quiero Karen" recordando otras noches en las que se veían furtivamente y escondidos... Como si fuera algo malo mientras veía esos intensos ojos azules y esa elegante trenza de espiga cayendo por su espalda mientras se miraban con complicidad.

Ella le recordaría a él... Desde otro despacho, otro edificio, pero el mismo oficio.

Quedaron en verse esa misma noche. Ella y él iban a dar un paso adelante más. Ella iba a presentarle a su familia; sus padres y su hermana.

La hermana llegó tarde... Su madre, satisfecha. Dio el okay a su extasiada hija; contenta de tener a ese varonil y elegante hombre como pareja.

La puerta sonó... Una, dos... Hasta tres veces y al final el timbre.
La sirvienta abrió y su hermana avanzó hasta el salón, donde tomaban café.

Ella se levantó para presentarle a su hermana que entró en el salón a conocer a su futuro cuñado.

Se levantó, y le dijo:
"Mira Karen, este es mi novio"

Karen y Andrew se miraron... Él miró sus intensos ojos azules y ladeó la cabeza viendo que la trenza de espiga seguía en su lugar después de tres días...
Fue de nuevo cuando recordó todas las veces que la llamó; "Karen, Karen. Te quiero Karen" recordando otras noches en las que se veían furtivamente y escondidos... Como si fuera algo malo mientras veía de nuevo esos intensos ojos azules y esa elegante trenza de espiga cayendo por su espalda.

-Encantada andrew -dijo ella recordando esas fogosas noches- yo soy Karen.

lunes, 27 de abril de 2015

Azul, Rojo y Amarillo.

Recuerdo que cuando salía el sol, lucía con fuerza un nuevo día.
Algo de esperanza para los pobres que trabajaban de lo que podían y como podían. Cuando sus intensos rayos iluminaban la favela, el espectáculo de colores se dibujaba entre danzas de carnavales y cariocas a todo color danzando a ritmo de samba.

Las casas pintadas en Azul, me hacían creer que aún podía existír el cielo y que Sao Paulo rezaba por nosotros en esta ciudad desamparada.
Años después entendí que ese color simbolizaba que el dueño de esa casa comerciaba con sustancias que no debería, algo que la policía sabía pero se callaba, por que sus sueldos habían aumentado "casualmente".

Paseando de nuevo por este páramo marginal, recuerdo la magia de mi infancia; recorriendo las calles jugando, con mi amigo Berto o huyendo de algún que otro violador.

El color rojo en las casa me recordaba a que alguien; incluso dentro de ese lugar, era capaz de amar y sentir algo bueno con el corazón y la sangre, de ahí el rojo.

Aunque tampoco simbolice nada bueno.
Los altos cargos de la mafia Brasil pintan de ese color las casas con sangre de cerdo para decir que sus ocupantes eran unos chivatos; si intentaban defenderse borrando esas pintadas, los mataban, creo que eso pasó con mi padre, un policía incorruptible al que llamaban chivato.

Recuerdo que el día que me recogieron unos señores que me habían adoptado me quedé mirando por la ventanilla una casa de color amarillo en la que además yo vivía; sin entonces sacar una conclusión de lo que el color amarillo simbolizaba para mí
Han pasado veinte años, mi aspecto ha cambiado pero la esencia es la misma.
Llevo trabajando para el estado cuatro años. Trabajo en una agencia de adopción y hoy recojo de este tugurio a Karen que se ha criado huérfana, como yo.
A mi siempre me conocieron por Delgada, pero me llamo Martina.
He vuelto a poner mi vista en el recuerdo de hace veinte años, en la casa amarilla.
Cuando Karen subió al coche, le dimos de comer, la cambiamos de ropa y le contamos a qué habíamos venido, ella nos miró; a mí y a Hernaldo. Y también al conductor, que era Berto.
La pequeña Karen dio un bocado a un sandwich y dijo varias cosas, pero yo me quedé con: " Esperança Dais ". Dijo que dábamos esperanza, con sus grandes ojos saltones.
Supongo que eso simboliza el color amarillo para mí, cuando lo vi por última vez, mi vida cambió radicalmente a mejor. Aunque ese color simbolizaba que en esa casa vivían niñas que tarde o temprano se convertirían en prostitutas.

lunes, 13 de abril de 2015

Amores Ciegos.

Todo iba bien hasta que la vi... Fría pero cercana, esperándome en la barra. Con esas curvas de escándalo y las gotas de deseo cayendo por su cuerpo que casi brillaba, todo me iba bien hasta que la vi... Pero entonces, la encontré... Rubia y embriagadora me miró y yo también la miré, luego nuestros labios se hallaron, creando un sabor amargo pero agradable que quiero recordar cada día con ella.
Ella... Que sin palabras me entiende, que con un vestido  corto escotado y luciendo minifalda me dice que la agarre suavemente y con cariño, y vuelva a beber de su boca...
Ella... Que no pone condiciones, la única es que no me vaya con otra... Lo cual es difícil, aunque esta preciosa Española me mire con ojos de corderito degollado siempre acabo cayendo en boca de otros tipos; gallegas, Mexicanas... Alemanas, holandesas... Negras.
Pero a pesar de todo a la que más quiero es a ti, pequeña botella de Cruzcampo.
Te quiero cerveza.

martes, 7 de abril de 2015

La Colmena encolerizada.

La revolución ha dado paso... Comienza la batalla, la contienda abrirá paso a una guerra que tendrá un claro vencedor; el pueblo. Hoy, en esta reunión bajo las cloacas se reune un grande grupo de dos mil jovenes con hambre de justicia. Jovenes sin saber que hacer, obedientes a la ola agitada de la mar del colera. El líder de todos ellos; Marcos Kinner, congrega a todos a una excelente reunión del grupo: "La Colmena Encolerizada". Para agregar nuevas "Abejas" a la colonia. Comenzó a hablar alrededor de todos ellos con una vaga hoguera llameante en el suelo de las apestosas cloacas calentando a unos pocos.

  -Me llamo Marcos Kinner. Unos me llaman Kinner el Nazi. Soy bisnieto del general Ultrich; uno de los mas cercanos del mismo Führer. Del mismísimo Hitler.
Muchos andais asustados; decís de mí que la sangre de venganza de mi bisabuelo está en mí como un veneno y mi pensamiento es exterminar a negros, chinos y latinos. Pero no es eso lo que quiero.
Mi bisabuelo emigró a España cuando cayó el tercer Reich.
A España... Buscando una paz para sus generaciones venideras, si nos viera ahora se diría a sí mismo que ha fracasado.
España; donde todo va bien para el empresario, todo va bien para el político. Mi bisabuelo y yo somos parecidos pero diferentes; yo no busco la perfección de una raza. Nada de raza aria. No digo que los negros son la raza débil... Si sacasen sus miembros viriles demostrarían que la raza inferior somos nosotros mismos; de modo que no quiero nada de eso, nuestra lucha no es racial; es social, una lucha contra la sociedad. Lucha contra la tiranía de un gobierno. Contra las ataduras económicas de un banco... Ataduras que te ahorcan, ataduras que te someten a pagar. Ataduras en las malditas muñecas para controlarte como a una maldita marioneta. Y ¡YA BASTA DE SER MARIONETAS! Cortemos la cuerda y las cadenas que nos impiden vivir y respirar como queremos. Oportunidad de decisión. Oportunidad de pensar en voz alta; decir que estamos hartos de una democracia sin eficacia, de palabras vacías tras una corbata y un gabinete de prensa organizando mentiras endulzadas para robar esperanza a la plebe. Mi bisabuelo; Ulrich tuvo la idea de casarse con una Española. Exactamente una joven Cordobesa. Tuvieron a mi abuelo que recibió el nombre de Marcus, que a su vez tuvo tres hijas; una de ellas era mi madre, que se casó con el primero que la dejó preñada; un maldito policía.
De esa relación nací yo. Marcos Kinner; recibí el apellido de mi bisabuelo, que a la vez era el de mi madre. Mi madre y ese policía; mi padre biológico, del que me arrepiento ser hijo; se separaron. Él maltrataba a mi madre... Un perro policía, como todos. Mi madre pasó a cobrar una corta manutención; que con el tiempo dejó de recibir por que él no quería ni verme; pero al ser policía, tan solo le amonestaron. La orden de un juez sacó a mi madre de casa, enferma de hepatitis... En la calle vagaba mendigando para alimentarme, hasta que la sanidad le dio la espalda y dejó de administrarle su medicación. Murió, sin dinero para su propio entierro... Tuvieron que reunir dinero alguna parte de la familia... ¿Dinero para morir en paz? Dinero para descansar en una duermevela de muerte negra de luto y dar santa sepultura a una persona buena, que todo lo que hizo fue morir cuidando a su hijo; a mí. Pagar... Pagar... Hasta la muerte cuesta dinero. Pagar a una iglesia, a una funeraria... Negocios que jamás estarán en crisis; la gente no deja de morir, y la gente no deja de tener fe. Aliados para lucrarse; para hacer creer qué "Tener fe en que la muerte es solo el principio, y que dios ha querido a esa persona en su cielo" Pues ése Dios se llama Moneda, ese Dios se llama Engaño. Ambos juegan a mentir para ganar dinero.
La política, la publicidad... El desquicio y la desesperación que pocos sabemos ver, que pocos estamos presenciando; realmente es una auténtica estafa.
A todos aquellos que anden desquiciados. A los desamparados por la justicia. Yo digo:
¡Poneos en pie y alzad el puño en guerra con armas en ambas manos para impartir justicia a esos burgueses! ¿Qué sucede si a una abeja la extorsionas? Sin duda llamará a otras abejas en la colmena para atacar, y defender lo suyo. Como a las abejas, nos quitan lo que es nuestro. Como a las abejas, los malditos apicultores meten la mano donde quieren... Pero yo digo ¡Ya basta hermanos! Ataquemos a esos apicultores. Metaforicamente está muy bien. Defendámonos, pero hagamoslo sin metáforas, hagamoslo con sangre; ya no existen las abejas ni los apicultores. Ya no existe el diálogo. No os equivoqueis hermanos, ellos son los desechos. Ellos son el estorbo, no nosotros. ¡Alzemos las manos con guadañas en esta violenta revolución! El mendigo; es nuestro hermano. El parado; es nuestro hermano. El enfermo que no tiene para su enfermedad, ya sea sida, hepatitis o cáncer; es nuestro hermano...
Mi padre es policía. Uno de esos "apicultores". Mi padre defendió a sus amigos polis antes que a su propia hermana, mi tía Karen. Fueron a desahuciarla y mi padre fue el primero que aporreó la maldita puerta. Ordenado por un juez, que a la vez ordena a un maldito comisario corrupto a sus perros policías. La causa de esto; los banqueros. Hay que arrasar los bancos... Si el perro está muerto el perro, se acabó la rabia.
  -¿cuando lo haremos? -quiso saber alguien en el público, Fabian Hernández, cuya esposa había fallecido a causa de la Hepatitis.
  -Dicen que la revolución Francesa fue un Martes 13... Nosotros lo haremos el próximo martes, casualmente es día 13. Les haremos creer en la suerte; mala o buena es decisión de ellos. Nos organizaremos como una colmena. Saldremos todos a una desde una punta del país hasta otra.
  -Pero solo somos dos mil... Ellos son más
  -no te equivoques, ellos tienen el fuego, nosotros la rabia entre todos ellos hacen un total de ochocientos,  en este primer ataque aquí en sevilla, les superamos en grupo.  Son unos cuatrocientos de calle, locales, nacionales, refuerzos militares... Cuando quieran llegar habrán contemplado como la colmena instaura colonias nuevas en cada calle, en cada pueblo, más gente se unirá a la causa. Les haremos creer -dijo con el puño en alto-. Alzad la voz hermanos con el puño cerrado en alto y gritemos "¡revolución!"
Cada día 13 saldremos a la calle para arrasar los lugares que impiden hacernos vivir una vida en condiciones. Lugares como los juzgados; bancos; gestorías, donde planean maquiavélicos planes impresos en papel para robar dinero. Mataremos a sus jefes, a sus "apicultores". Y si la policía intenta oponerse, tendrá delante a la colmena encolerizada.
¡Basta de manifestaciones inútiles!
¡Basta de huelgas de hambre! ¡Huelgas de trabajo!
Nada de eso vale; salgamos a la calle arrasando las ciudades de punta a punta y ayudando a los que quieran unirse a la causa. Los que se mantengan al margen serán respetados. Si nos atacan... Tendrán delante a la colmena encolerizada atacando de muerte. Muchos morirán... Moriremos; yo me incluyo... Amigos, hermanos, primos, familias enteras. Ellos tienen el fuego. Nosotros la rabia. Por eso digo hermanos que muchos moriremos. Empezaremos por Sevilla, por cada banco y cada despacho de corrupción, muchos se unirán. Mejor morir luchando que vivir en sumisión. No vale hacer caso a un burro como ovejas en el redil. No vale callar como un monje y su voto de silencio. Es el momento de gritar, de la rabia. De sacar de tus adentros el impulso y la ferocidad animal que nos han hecho perder distrayéndonos con tecnología y programación televisiva absurda. Se comercia con vida. Se comercia con personas. Con contratos inhumanos. O sin contratos, pagando una maldita miseria. Por eso cada día 13 iremos todos a una. Ahora somos solo dos mil... Pero nos propagaremos cómo la pólvora.
Dos mil... Tres mil... Cinco mil... Diez mil... Cien mil... Un millón... Diez millones. ¡Y PUM! La revolución de la colmena encolerizada pasará fronteras y paises... Y continentes, hasta conseguir el objetivo final; justicia y dignidad hermanos. Justicia y dignidad.

  Todos se hallaban motivados y aplaudiendo, haciendo una oleada de abrazos controlada y descoordinada por el alcohol... En menos de cinco años la colmena hizo una guerra revolucionaria, luego se calmaron las aguas; anarquía para el pueblo y total libertad. Ese era el objetivo, Marcos Kinner fue el mayor revolucionario del mundo, aunque no vivió para contemplar como el mundo entero gozaba de paz. Había muerto en una guerrilla contra el control de los medios en la que se hallaba Rusia y Estados Unidos de Norteamérica... Tuvo una muerte de honor y dejó un enorme legado a las conciencias del mundo; la libertad.

martes, 31 de marzo de 2015

Lágrimas en la almohada.

El sabor de su boca... La miel que desprendían en cada beso sus labios, el ardor de su cuerpo bajo las frías sabanas, que se envolvían en su calor. El calor de su aliento, el roce de sus brillantes cabellos entre mis dedos cada vez que la hacía mía cada noche... Su sonrisa, capaz de derretirme, la curva de su sonrisa mezclado con el rojo de sus labios y el reluciente blanco de sus dientes, que dejaba entrever sus rosadas encías perfectas para mí...
Sus dedos, cada detalle en ellos, cada detalle de ellos. Recordar el placer de sus caricias, cada contacto de sus manos; frías o cálidas, era realmente perfecto y recordar cada detalle, cada secreto que podía esconder en su mirada, cada mejilla sonrojada, cada sonrisa escapada y cada suspiro de amor por ella...
Cada suspiro que ahora son puñales, puñales que me hieren y me matan por dentro, me dañan por saber que ya no será mía. Me duele por que ella ya no está, ella se ha ido presa fácil de su enfermedad, la muerte me la arrebató en esa noche en la que se sentó a cenar con nosotros. Yo tranquilo pero nervioso, ella tosiendo sangre y dibujando un río rojo por su barbilla hasta caer desplomada en esa cena en la que hubo un tercer invitado inesperado; el Hepatitis C.
Invitado por excelencia de la sanidad, enviado directamente por los ministros de salud, de sanidad y de economía; culpables de haber subido el precio tan elevado de las medicinas necesarias para esta tan cruel enfermedad... Es por eso que lloro cada mañana, al no verla a mi lado despertándome a besos como de costumbre. Es por eso que derramo lágrimas cada noche en la almohada al recordarla y no tenerla abrazándome, llenando el hueco vacío que deja mi cuerpo sin ella al otro lado del colchón, del frío colchón que no tiene más que lágrimas y llantos olvidados.
Es por eso que veo los días negros, oscuros y apagados aunque el sol brille intensamente, es por lo mismo que bebo cada noche hasta sentirme un cobarde por no hacer nada y quedarme llorando de brazos cruzados cada día hasta que la herida cierre, hasta que el corazón se recomponga; tarea dificil pues no dejo de verla en cada momento, en cada recuerdo, en cada detalle, en cada foto de los marcos que he puesto boca abajo y de los cuadros que he dado la vuelta. Aún así la recuerdo, como una vela intensa; brillando. Luciendo. Dándole calor a mi fría vida... Y cada día la cuesta arriba se hace mas larga, mas dificil llegar a la cima del olvido, mas dificil pues al verme a mi mismo en el espejo, al ver mi cuerpo, veo sus marcas, veo sus besos en mi cuello, en mi boca, veo sus caricias en mi pecho, en mi cara, sus dedos aún siguen entrelazados en los míos, sus piernas siguen rodeando mis caderas, su olor tan dulce está en mi armario, en toda mi ropa, en mi nariz llamando y diciendo: sigo aquí no me he ido de tu lado... Y a veces pienso que ojalá fuera verdad que siguiese aquí... Al tratar olvidarla más pienso en ella, y cuanto más pienso en ella más lloro cada noche en la almohada. En la mojada almohada de lágrimas derramadas por la mujer de mi vida... Pienso que yo fui el hombre de su... De su muerte.
Justo antes de morir tosió entre mis brazos y me dijo:
"te quiero".

Seguiré luchando con ese "Te quiero" tatuado en mi alma, con tinta de tu sangre... Por que yo también te quiero.

Fabián Hernández.
15 Julio 2015.

lunes, 23 de marzo de 2015

Las noches de chicago parte III.

Las noches de Chicago parte 3 de 7.
              Capítulo III.
   "Malditos. Malditos sean."
  Para cogerle el hilo a este relato, es conveniente que leas el capítulo 1 y el 2, así podrás entender exactamente de que va.

Tal como dije anteriormente le rogué que subiera al coche y que fuésemos a hablar mas tranquilos, a mi casa. A mi arruinada casa. Una vez allí, la noche iba  ser larga; tocaba explicarle que era un ex-convicto, ex-policía, viudo y padre de una hija asesinada, sin familia y muchas cosas por investigar. Menuda noche pasó...
  No comprendía el por qué de la situación, le di un par de calmantes y whisky pasado por agua, por eso no comprendía la situación o no parecía afectarle... Le expliqué todo detenida y detalladamente, me miraba con una discreta atención y cuando acabé, únicamente exclamó:
  -Malditos... Malditos sean. Pagarán por ello. Los culpables pagarán por ello.
   Joder, yo que creía que no iba a entenderlo... A mi entender se lo ha tomado con bastante calma el tío. Daniel Jacobs sigue amnésico, y ahora que lo sabe puede que haya recordado algo así que antes de avanzar en esta enredada investigación con un ex-poli, tengo preguntas que hacerle.

  -Bueno señor Jacobs... ¿Recuerda algo? -Dije yo ofreciéndole un cigarrillo-. Es decir, a raiz de lo que le he contado... ¿Ha conseguido recordar algo? -Pregunté.
  -No por el momento... -Dijo él negando el cigarrillo-. Sólo sé que, tengo la extraña sensación de que algo me posee, algo me hizo.
-Garraspeó la garganta-. Algo me hizo meterme en líos en tu local, cosa que lamento.
  -Por el local no te preocupes, ¡tengo una idea! Haremos un trato, yo le ayudo a encontrar a los culpables -Propuse yo-, y usted me ayuda con la reconstrucción del local ¿Trato?
  -En estas condiciones, no me queda otra que aceptar, quiero que esos malditos cerdos paguen por lo que han hecho.
    Le propuse ese trato pues sabía que disponía de dinero en efectivo, me ayudaría, y yo le ayudaría.
  -¿Sabes quién es Voga? -Formulé esa pregunta, pero él no pareció reconocer el nombre del suso dicho.
  ¿-Voga?... -Frunció el ceño mirándome bajo la ténue luz de una bombilla que se balanceaba de un lado a otro en el techo-, me resulta familiar pero no consigo asimilarlo ahora mismo, maldita amnesia.
  -Tiene costumbre de maldecir, ¿verdad?
  -Maldigo cada momento que pasa, cada vez que pienso que no puedo retroceder... Maldigo a los cerdos mafiosos bastardos. Lo primero que haré será acabar con Zhirzheki Varei y con quién se interponga en mi camino.
  -Acabar con Zhirzheki sería cómo tirar una bolsa de sangre a una bañera de pirañas; contando con que es usted la bolsa de sangre, y las mafias de Chicago son las pirañas.
  -Qué recomiendas, ¿me quedo de brazos cruzados?
  -Tengo entendido, -comenzé a hablar-, según Burton, el médico; que el pianista de mi local... Cómo se llamaba... -Taloneaba los pies en una silla dada la vuelta en la que me hallaba sentado-. Arthur bonetta, así se llama. Tengo entendido que toca una extraña melodía que es capaz de someter a la gente, una especie de... Magia o algo así. Hablemos con él, me debe un par de favores
  -¿Una melodía? Magia a través de una melodía, eso es imposible.
  -La músicoterapia es algo de lo que ya se hablaba en la antigua roma.
  -Pero no queremos que se les cures, queremos acabar con éllos.
  -La cosa es que Arthur sabe... Hacer el proceso contrario, puede someter a los pensamientos, tú verás Jacobs, probar no cuesta nada y... No tienes muchas opciones, ademas, siempre he creido en eso de la musicoterapia, en nuestros libros de historia se habla de Yurain, que tambien la utilizaba.
  -Yurain el Egipcio... Eso era ocultismo.
    Yo cambié de punto de vista y le hice razonar.
  -A ver, dices que entraste en el local; -Planteé-, y que una extraña fuerza te hizo buscar bronca contra nada más y nada menos que Zhirzheki Varei, a través de tirarte a su mujer, cuando tú... Amigo mío,tienes amnesia. Te lanzaste al cuello de su mujer, no es muy normal que si tienes amnesia. Es decir, creías que tu mujer estaba viva, lo hiciste antes de la paliza; dos cosas, o mientes, o algo te controló. Ese algo, era Arthur Bonetta, el pianista, que además tocó una melodía que jamás había oído.
  -Eso de la amnesia fue antes de la paliza de Varei, de ahí en adelante no recuerdo nada, solo dependo de tí
  -Aún así es extraño, yo sí confío en ése pianista... En él o en su extraña melodía.
  -Veremos si es verdad, lo único que temo es hacer el ridículo, cogeré una magnum para estar bien preparado.
  -Yo... No se sí llevar un arma
  -Coge una navaja por lo menos Tommy -dijo metiéndose la Magnum por detrás de sus pantalones.
  -Navajas, -Hice un gesto de asco-. Demasiado sanguinario, yo... No soy un matón, ¿puedo llevar uno de mis palos de golf?
  -Si sabes usarlo, cualquier objeto puede ser un arma. -Dijo él que tomó uno de mis palos.
  -No, si se trata de un almohada. -Observé yo.
  -Con una almohada puedo ahogarte.
  -Vaya, no había caído en eso.
  -¿Entonces qué? Nos ponemos manos a la obra.
    Yo quería empezar con el local primero, era mi principal fuente de ingresos.
  -Empezaremos si te parece bien limpiando el suelo y recogiendo cada maldito escombro ¿no? Jacobs -Propuse yo.
  -Es lo mas conveniente pero, lo que tú digas, que para eso el local es tuyo y lo he jodido yo.
  -Me parece bien. -Dije mientras me remangaba. De aquí en adelante las tareas fueron fructíferas entre una conversación corta pero formuladas las preguntas en ordenados y extraños espacios de tiempo.

  -Oye... Y ¿quién era Voga?
  -Realmente no se llama Voga, se llama Don Zamotti, se cuenta que le pegó una paliza a su propio hermano, y desde ahí su propio hermano le quiere ver muerto.

  Al cabo del rato, cuando ya los escombros estaban casi todos recogidos y nuestras espaldas muy cansadad, hizo otra pregunta.
  -¿Cómo sabes eso?
  -Me lo ha contado él mismo.
    Extrañamente pasó el mismo tiempo, y cómo un reloj cuando da la hora, volvió a preguntar.
  -Voga... O sea, ¿Don Zamotti?
  -No, su hermano, me lo ha contado su hermano.
  -Conoces al hermano de Vog... De
-Corrigió-. De Don Zamotti
  -Claro, es Arthur, mi pianista, por eso mismo confío en él.

Continuará...

lunes, 16 de marzo de 2015

No es un juego de niños. Capítulo 2: El juego del ahorcado.

No es un juego de niños.

Capitulo 2.     El juego del ahorcado.

  Por supuesto que iba a dar sorpresas. Jim se ofreció de buscador en el juego del escondite porque el teniente Helny mató a su hermano, y buscaba venganza. Una venganza de honor, de lealtad al apellido Boid.
Todas las pruebas que tenía que superar lo iba a hacer a sangre fría y con convicción cuando tuviese la oportunidad. Ese era su legado, quizá para eso había nacido. Esa era su misión. Lo que viniese después era cosa del destino.
  Pasaron dos días, tan sólo dos días que Jim aprovechó para saciar su estómago comiendo y para descansar durmiendo placidamente en la litera compartida que tenía con Sareh; Un niño más pequeño que él. De unos diez años, de corto pelo rojizo y con unas infantiles pecas en su gesto de niño triste. Era el elegido para ser el ahorcado junto con Jim por votación. Pero Jim otra vez se ofreció como ahorcado por esta razón; sí un aspirante a ser ahorcado acertaba la palabra oculta, se libraría de esa cruel forma de morir, entonces el ahorcado podría plantearle a los chicos una palabra y cambiaría el orden; el ahorcado sería el verdugo, y los verdugos serían los ahorcados. La causa de Jim era algo suicida, pero era su causa.

En este juego se entrenaba la inteligencia y la determinación mental. Ayudaba a desarrollar la mente para pensar de forma violenta y cultivar en los niños pensamientos violentamente desarrollados. Por otra parte ver morir a alguien ahorcado era bueno para acostumbrar la sensibilidad en cada pequeño soldado.
Jim tenía su "Waera" que significaba palabra de salvación.
La palabra que debía plantear tenía que ser dificil, pues en caso de que el ahorcado acertase la palabra que Jim dijo, el precio por perder esa prueba era la muerte. Y morir por bobo no entraba en los planes de Jim que fue para dejar buena reputación para el apellido Boid.

El pequeño Jim avanzaba vacilante y seguro como un iceberg en el hielo hacia su objetivo; que en este caso era el puesto avanzado de inteligencia y "Rosaerium" que significa Inteligencia a partir de la letra.

Inteligencia a raiz de la letra, era la segunda prueba; el juego del ahorcado. Aprender a base de violentos juegos gramaticales tales como los que se presentan en este juego hacía a los niños enrebeldecer sus pensamientos y desatar cinismo al ganar al contrario. El juego esta vez sería diferente; otras reglas pero mismo objetivo.
Las reglas ahora son diferentes; dos mesas, dos oponentes y dos hologramas ocultos y cada uno hacía un juego del ahorcado al otro... Solo puede quedar uno, si pierde uno de los dos; el collarín de fricción que ambos tienen al cuello a uno de los dos se le activará y apretará hasta morir ahorcado. Esas eran ahora las reglas.
Por ese momento en el que Jim se enteró de que cambiaron las reglas, de repente se asustó. Rogó que no le tocase Sora, la única chica como adversaria.

Jim iba al colegio y siempre se metía en líos, vacilando e imponiéndose para ser un líder en todo su colegio; Sora truncó ese sueño de Jim al sentarse a su lado en el colegio; Jim amaba a Sora en secreto y por ella dejó de ser el que era en el colegio.

Por ese mismo tiempo Jim Boid ya estaba en tercero de Militares, con tan solo 7 años ya iba a empezar su adiestramiento de la raza Sword. Que segun el líder supremo Chino es una nueva raza basada en los entrenamientos espartanos y chinos.

Han pasado unos cuatro años. Años en los que Jim apenas vio a Sora, pero no había dejado de pensar en ella ni un solo segundo desde que se separaron para tomar disciplinas distintas. La "carrera de comandancia" por parte de Sora. E "historia del arte de la guerra" por parte de Jim.
¿Quién sabe si sus destinos están cruzados? ¿Quién sabe si son fichas de dominó qué alguien maneja para que una de las dos otorgue el golpe de gracia y caiga una, o tal vez caigan las dos?
Estaban cruzados en el camino, Jim Boid y Sora Snaq'erman. Lo que falta por ver es sí Jim tendría la amarga victoria en su mano y verla morir o simplemente dejarse ganar para que ella continúe... Pero y si... ¿Ella no le recuerda? ¿O si simplemente no tiene sentimientos por Jim salvo acabar con él en caso de que se cruzen en el juego del ahorcado?
Todas esas preguntas no le dejaban a Jim hacer correctamente el Heros; una conexión cerebro/conciencia para ejercitar la mente. Contó mentalmente de 10 a 0 y lanzó un suspiro, sentado en forma de flor de loto con las muñecas sobre las rodillas, los pulgares sobre los dedos corazón y con la espalda relajada apoyada sobre nada pensaba; en las víctimas del juego anterior; el escondite... En los cinco chicos a los que tuvo que matar para pasar esa dura prueba y pensaba para sus adentros; ¿era eso todo lo que la vida le deparaba? ¿Vivir rodeado de muerte y siendo él uno de los verdugos que con "Juegos" mataba?

Preguntas en su mente, por ese extraño heros que hizo en el que no dejaba de ver huesos, músculos desmenbrados... Todos ellos en su mente aparecían en un tono gris, excepto lo que supo distinguir como un esternocleidomastoideo que aparecía brillante y a todo color... Gracias al heros supo que esa sería su palabra en el juego; la palabra "esternocleidomastoideo".

Drake; su instructor, le dijo que era muy arriesgado utilizar una palabra de vocales y consonantes muy repetidas y de tantas casillas en el panel holograma de su rival, sobre todo por que Jim quería utilizarla en todos los enfrentamientos posibles.
Jim alzó una ceja, mostrando indiferencia, casi ignorando las palabras de Drake. Salió afuera y se puso manos a la obra... El primer rival le esperaba en unos minutos en la sala Hodec; la sala del juego del ahorcado.
El Dômer; organizador, explicaba las normas del juego:
  -Comenzamos con el duelo Jim Boid contra Carmydo Aretho, esperamos un juego sin trampas, sin alianzas. Id a muerte uno por el otro en este juego de inteligencia; sin más demora que arranque el juego del ahorcado.

Jim intimidaba con su mirada, el ceño fruncido bajo un ritmo taquicárdico. Era su turno.
  -Letra A.
A su rival le apretaba un poco más el collarín; eso quería decir que si; había letra A.
  Turno de Carmydo.
  -Letra B.
  El collarín de Jim seguía igual, sin presión. Carmydo se lamentó, entre bocanadas de aire tuvo que ver cómo Jim acertaba otra vocal; la I. Su collarín se apretó un poco más, apenas dos escasos milímetros pero suficientes para que el nerviosismo de Carmydo fuese evidente.
  -Letra C.
Fue el turno de Carmydo, tuvo que ver cómo a Jim también se le apretaba el collarín por acertar la letra C, pero su gesto era implacable, seguía con su ceño fruncido y los ojos brillando con intensidad; casi reflejando su propia alma.
  -Letra X. -Dijo Jim, un poco suicida por decir esa letra poco habitual, pero por fortuna o por inteligencia acertó y mas o menos tenía un par de palabras rondando por su cabeza.
  -Letra F. -Dijo Carmydo. Para su sorpresa, no estaba, el collarín apretaba... El próximo movimiento sería crucial; si Jim conseguía decir una letra más o la palabra correcta, Carmydo, directamente moriría allí mismo ahorcado, tal como manda la tradición de ese juego.
  Jim respiró hondo, y al ver tantas casillas; mas de veinte. Sin titubear alzó la mirada y dijo:
  -Ácido desoxirribonucléico. Panel completado.

Acto seguido, Carmydo, ante la vista de Jim fue brutalmente ahogado por el collarín. Jim había ganado, su inteligencia le hizo fuerte...
Ya esperaba rival, en este caso fue el pequeño Sareh del que se deshizo con facilidad acertando su "Waera".

Uno tras otro pudo deshacerse de ellos, con dificultad y con problemas pero proclamado ganador de séis mesas, algo nunca visto por nadie... En la séptima mesa esperaba Sora; que por su indiferencia no debía recordar a Jim...
Éste negó enfrentarse a ella. Algo que no contentó al teniente Helny... Pero aún así Jim Boid se salió con la suya, de hecho jim y Sora iban a ser del mismo equipo en el próximo juego; el juego del pillar.

Dar la talla y superar a todos los Boid ya era algo que Jim ya había hecho... Pero su apellido, su sangre, el hecho de pronunciar Boid... Iba a hacer de eso una leyenda, siempre y cuando Sora, estuviese a su lado.

lunes, 9 de marzo de 2015

Victimas Sobre El Subsuelo.

Arthur Bonetta... Nombre extraño para un judío italiano. ¿Cómo un judío pudo ser el mas alto mando de la mafia Italiana en la Chicago de los años treinta? Esta, es mi historia.

Me crié en las calles, poco a poco comencé a robar, cegado por la codicia y por las ganas de ser alguien en la vida.
Subí el listón en cuanto a robar; cada vez más y más, y objetos de mayor precio, de mayor calidad, para venderlos y ganar lo suficiente hasta hacerme con un arma y digamos... Impresionar a los de arriba... Hasta que un dia en el que ocurrió algo.
Lo que pasó fue que sobre mi cabeza no dejaba de repetirse una melodía; molesta, sí. Pero en parte reconfortante, pude ver que al golpear el cristal de una casa para entrar a robar, al recordar esa reveladora canción en mi cabeza, mi mano de repente; que sangraba, comenzó a cicatrizar y a curarse cada vez que en mi cabeza se presentaba esa melodia extraña... Esa extraña forma de hacer música.

De modo que seguí robando, no me dolía romper cristales o las puertas a base de golpes, pues pensar en esa extraña melodía, oírla en mi cabeza hacía milagros en mí.
Con lo que un día entré a robar, por error, en una tienda de música y fue ver el piano y mi cabeza mandaba mas que mi cuerpo; sin saber por que, me acerqué hasta sus teclas de marfil y me puse a tocar esa canción, esa melodía que se repetía en mi cabeza sin motivo alguno, y todos los presentes en la tienda comenzaron a suicidarse... Era demoníaco, maquiavélico... ¡Era perfecto para mí!
Yo tenía contactos con varios amigos que estaban de perros callejeros para la mafia... Siempre me llamó la atención ese mundo. Desde el día en que mi hermano Don Zamotti; un capo de la mafia, me dio una paliza en aquella vía subterránea siempre he pensado en vengarme de él; ya sea en esta vida o en otra, y ahora que podía lo iba a hacer.
Para llamar la atención de los de arriba comencé tocando el piano en el local "The Mens Paradise" que era de Tommy, aquí en Chicago, en el 1923. Era un buen lugar para empezar a usar la melodía en contra de quien quisiera; que en este caso fue dirigida en contra de Zhirzheki Varei, que le dio un golpe a Daniel Jacobs... Todo preparado por la melodía; podía someter a cualquiera a mi merced y disposicion, solo tenía que pensar en algo, y esto se cumplía...
Sabía que si Zhirzheky daba la nota, los de arriba no le perdonarían haber reducido a ruinas el local de Tommy...
Así que eliminado Zhirzheky tan solo quedan dos peces en el estanque; mi hermano Don Zamotti y Al Capone. De los que con un toque de melodía enterraré en las cloacas de la estación; como ya está enterrado Zhirzheky por el mismísimo Daniel Jacobs... Un tipo, una pieza de ajedrez de la que no me apetece hablar ahora.

Volviendo al pasado mi hermano quiso recordar la brutal paliza que me dio en los andenes subterráneos de Chicago... Puso sus iniciales "D.Z." con mi sangre en el cuarto de baño de la estación donde me dio la paliza... Antes de darme esa patada en la cabeza que me dejó fatal. Delante de sus matones no dejaba de repetir: "Mi alma es un alma inmortal que viaja de eras en eras".
No sé que quiso decir, pero ya aseguro de antemano que nadie es inmortal... Y pienso comprobarlo.

Por esa época, pasaron varias semanas; el profundo hematoma de mi ceja tapando mi ojo y mi profundo corte en el labio se curaron dejando una tenebrosa cicatriz que hasta hace días lucía... Pero al oir la melodía en mi cabeza, mientras me afeitaba veía en el espejo que no quedaba marca ni rastro alguno en mi rostro de aquella brutal paliza de Don Zamotti; mi hermano, ese que me da tanta hambre de furiosa venganza.
Sin que él lo sepa, ahora muevo los hilos debido a que someto a quien sea debido a la melodía; les congrego en la misma cloaca donde se pusieron de acuerdo depositar cadáveres; las victimas sobre el subsuelo. El mismo lugar donde fui brutalmente golpeado por mi hermano...

Ayudado por Drynil transportamos el piano hasta allí abajo en altas horas de la madrugada mientras la melodía; otra vez, se repite en mi cabeza y la defino tal y como la tengo en la mente; molesta pero a la vez reconfortante. Dañina pero a la vez curativa...
Ya dije que muevo los hilos, y así es. Drynil que es mi amigo de siempre y a la vez trabaja para ambos, les congrega... Les dice que un fantasma del pasado quiere verles.
Sentado en mi piano interpreto la melodía mientras les veo venir hacia mí... Sólo Don Zamotti; mi hermano, es capaz de reconocerme. Consigo poseerlos mentalmente debido a las cadenas mentales a la que la extraña melodía somete.
De repente y para sorpresa de Drynil, Al Capone se pega un tiro en la cabeza... Y Don Zamotti; mi hermano, se arroja a las vías del tren justo unos segundos antes de que pasase.

Desde ese día la estación cerró por miedo de haberse causado unas muertes tan extrañas; sobrenatural lo llaman... Quizá lo sea, limpian todo; la sangre, los cadáveres, pero las iniciales "D.Z" siguen ahí.

Sobrenatural es que un vulgar e inculto ladrón sea un experto tocando una melodía extraña que somete a la gente y fortifica a quien la interprete... Eso sí es sobrenatural.
Desde ese mismo día empecé a hacer hincapié en que alguien me ayudase para trasladar la melodía a papel, plasmarla y que otros como yo puedan conseguir lo que yo ahora soy; El jefe de la mafia en la atractiva Chicago.

No sé si volaremos hasta el sol o si esto tiene su repercusión en el futuro... Si de verdad, como dijo Don Zamotti: "Mi alma es un alma inmortal que viaja de eras en eras". Eso yo no lo se... Pero hasta ahora mi consigliere Drynil y yo luchamos por el comercio en la costa este, Los Angeles es del cubano Sergio Rico, mas conocido como Acuario; llamado así por que mata a sus victimas tirándolas a un acuario lleno de pirañas... Lástima que no sea lo suficientemente valiente contra mi extraña y reveladora melodía.

lunes, 2 de marzo de 2015

La ceremonia de los vikingos.

¡Hoy es el gran día! Todo preparado y todo listo para que Burlón y Carpentina unan sus almas ante los dioses que honran a la familia; Odín por parte de Burlón. Y Sannah por parte de Carpentina.
Una gran ceremonia en la que no faltan los soplos a pleno pulmón en los cuernos vikingos donde alguno bromea y echa aguamiel dentro de algún cuerno para que alguien beba o se atragante.
Cerveza, cerdo asado, tripas de dragón y sobre todo doradas copas de vino que relucen con el anacarado tono de la enorme mesa cuadrada donde estamos reunidos; algunos sentados degustando patas de cordero y otros encima de la mesa; saltando, brincando y celebrando el enlace de nuestro gran amigo Burlón y de la hasta ahora poco conocida Carpentina que está extasiada y agotada de tanto bailar con su amado y con sus familiares mas cercanos, todos derraman su bebida encima de los novios junto con escamas de dragón para desearles suerte en su vida; en el camino que van a emprender juntos.

Todos bailan mientras suenan las gaitas y los golpes en la mesa con las plateadas jarras haciendo un ritmo a la vez que cae la cerveza y se adentra en las agrietadas fibras de madera de la desgastada mesa de grandes dimensiones.
Es una ceremonia perfecta; el novio luce su mejor traje en esta noche de enlace; el traje de batalla que le dio su abuelo de cuando luchó por la conquista de aguas mediterráneas contra el legendario capitan pirata Danilo Binest.
Un traje de batalla tallado en oro y plata con detalles de navíos y de Poseidón, dios del mar y dios al que Burlón adora.

La novia en cambio luce un largo traje blanco como las nubes reflejadas al sol, con detalles estampados de un suave color violeta adornando las mangas y el velo del magistral traje que cubría su desnudez. Con el estandarte de Sannah pintado con sangre de alce en la parte superior de su mano derecha.
Noche de ceremonia Vikinga donde todos los jovenes nos reunimos para estar con las otras jovenes que nos sulibellan con su agradable presencia. Karendra no deja de mirarme mientras que mi primo Surgo tiene su brazo sobre mi con una jarra de vino; borracho y tambaleándose, consigo quitármelo de encima. Apreto mis botas y me acerco a Karendra... Quien sabe... A lo mejor en breve hay otra ceremonia Vikinga.

martes, 24 de febrero de 2015

Rodeado de tiburones.

Nunca pensó que su fin sería así... tiburones. Tiburones sin piedad despedazándolo cacho a cacho y... llevándolo a la más mísera ruina.

Varias semanas atrás...

  -¿Qué? ¿Cómo estoy?
  -en su estado... y a su edad, no debería fumar Sr. Binest
  -y... ¿Cuál es la mala noticia?-. dijo echando el humo.
  -¡Tómese esto en serio Sr. Binest! No puede permitirse fumar, soy su oncólogo y le prometí a su familia que cuidaría de usted
  -¡ah!... Mi familia. -frunció el ceño-. Esas ratas... Esa gente que... bueno, qué son mi sangre pero no son mi familia.
   Se hizo una pausa entre ambos hombres, hasta que John Binest se levantó y apagó el cigarro en el cenicero que había encima de la mesa del Dr. Raven. "¿Sí no se puede fumar para que tiene un cenicero en su mesa?"  pensó John Binest y salió de la consulta ante la inerte mirada del doctor Sean Raven.

John Binest era un padre de familia pescador, tras una larga tradición familiar y un par de industrias pesqueras su empresa "Binest Fishers" quebró... Todas las generaciones de sus antepasados siempre se dedicaron al mar; unos como piratas, otros como pescadores, otros como contramaestres de algún navío perdido y dejado por la mano de dios... Pero siempre surcando mares, su sangre era azul como el agua en alta mar.
Cuando perdió su fortuna debido a la crisis toda su familia le abandonó y a causa de eso tuvo una embolia y dos ataques al corazón que le dejaron practicamente incapaz. Toda una vida siendo un lobo de mar, el macho alfa de toda una compañía de barcos pesqueros que seguían su estela en alta mar, que seguían su camino por muchas tormentas y malos vientos que viniesen, porque siempre conseguía cargar su flota de dieciocho barcos llena de pescado de todo tipo, pero sobre todo de pez espada.
Esto era antes de quedarse totalmente arruinado viviendo en una casa mal subvencionada por el estado. Un día tocaron a su casa, a traerle un par de cartas que le llegaron de unos análisis de sangre y de adn respecto a un familiar lejano. Estos análisis los hizo cuando su empresa estaba en todo lo alto y no le importó gastarse todo ese dinero que conllevaba esas pruebas. Veía los sobres y se apenaba al recordar haber gastado toda una fortuna antes de esta crisis económica que ahora sufre. Una crisis que le obligó a vender la empresa y los barcos a un precio ridículo.
Esto conllevó enfados con su familia, discusiones con sus tres hijos, con su mujer y su socio y mejor amigo que además se acostaba con su mujer... Para nada pinta bien esta historia.
Volvamos a las cartas, los dos sobres se convirtieron en uno; el otro simplemente era la confirmación de que la analítica se pagó y se hizo bien el traspaso de dinero.
La carta importante era la siguiente. Una vez ignorada la primera, la segunda carta fue el climax del asunto, el big bang de todo lo que a continuación viene.
Efectivamente las pruebas eran concluyentes y claras:
 
   El señor John Binest, con Documento 324580971275-DS que vive en Noruega, con residencia en North Polk 472 Hijo de Leopold Binest y Carissa Burlesk, efectivamente y tras haber hecho con éxito las pruebas de ADN y de sangre hemos podido afirmar que es usted descendiente del capitán pirata Danilo Binest que mas adelante se convertiría en duque de Bulgaria. Tras una larga y provechosa búsqueda de sus bienes materiales ha heredado usted de todos sus antepasados el castillo de Bürenguer en Alemania, la fortuna que esto conlleva y las fincas de Caballiere en Francia le pertecenen debido a que nadie las ha reclamado y son legitimamente suyas, siempre y cuando firme este impreso le serán concebidos estos bienes.

Efectivamente firmó, y con esto el olor a tinta parece que se extendió como la sangre entre tiburones, tiburones en forma de personas; sus hijos y su mujer, que planearon un ataque masivo mientras estaba en su casa; dormido y con la fortuna bajo el brazo. Entraron a su casa; su decorada casa al estilo de un barco, como el camarote del mismísimo Nautilus.
Un propicio ataque a toda su fortuna, para ello tenían que acabar con él... le mataron para quitarle sus nuevos bienes y toda la fortuna que esto arrastraba detrás... Tiburones, así se comportó su familia con él... así murió... En su cama ahogado entre cojines y apuñalado por uno de sus hijos. Mientras los otros miraban, John Binest murió desangrado o ahogado, no se sabe...

Por eso digo qué nunca pensó qué su fin sería así... tiburones. Tiburones sin piedad despedazándole cacho a cacho y... llevándolo a la más mísera ruina.

viernes, 20 de febrero de 2015

Palabras desahogadas de un desahuciado.

Mi hogar... Mi casa. Donde me he criado y he visto llover, salir el sol y entrar la noche con la luz de la luna atravesando los cristales que protegían mi hogar... Ese lugar, esas paredes coloreadas con ilusión, ese suelo en el que me revolcaba, ese techo que miraba cada noche al dormir envuelto en dulces sábanas de amor de madre y en una cálida habitación donde soñar y dejar las preocupaciones a un lado... En mi hogar... Que ya no es mi hogar. El salón de casa y la misma puerta que se convirtieron en un fuerte; en una resistencia ante esos perros policías por la amenaza de una orden de desahucio.
Mi hogar... Que ahora es un infierno vacío, frío como un invierno en Groenlandia. Mi hogar... Un reino con los reyes destronados. Reyes en paro que no pueden pagar una cifra mensual. Hace ya cuatro años de esa mañana en la que nos echaron de nuestra casa... Rompiendo los recuerdos de mi abuela, de mi madre, de mis dos hermanas pequeñas. A porrazos y a golpes... Y el primer policía que golpeó la puerta; era mi padre.
Ya no queda nada; solo sombras de lo que fue esa casa, el amor y los abrazos que aún seguirán ahí. El olor a hogar debe haber desaparecido. Tan sola y desolada, como la luna sin nadie que la guarde cada noche... Cuatro años sin hogar; sin techo. Cuatro años interminables durmiendo en pensiones de acogida. Cuatro años y... Cada vez que pienso en mi hogar, lo recuerdo como si fuese ayer; con la alegría de las risas de mis hermanas y la calefacción dando abrazos cálidos y acogedores. El despertar en la mañana y ese aroma a café en la cocina, donde mi madre preparaba cuidadosamente unas doradas tostadas con mantequilla para desayunar antes de irme a estudiar, mientras mis hermanas estaban en sus camas descansando placidamente, sin preocupaciones de tener que hacer nada...
Ahora tienen seis años y son conscientes de la situación que tenemos; conscientes de que su mismo padre fue quien nos echó de la casa seguido de otros policías que se limitaban a cumplir órdenes. A acatar normas y reglas, duras reglas, ignorando todo tipo de sentimientos de los dueños de esa casa.
"Dueños"... No somos dueños de nada, solo falta que nos cobren por soñar, de ser así ya ni soñar podríamos. Aún amanece gratis, al menos para algunos, aún salir a calle no cuesta la vida.
El desahucio de un hogar afecta a uno mismo; te quitan tu hogar y pierdes todo tipo de dignidad, de identidad, de razón de ser algo en la vida. Dejas de luchar por aquello que creías que era importante, pues sin un techo bajo el que ocultarse y bajo el que contar la lucha que creías que era importante ya simplemente, dejas de pensar, dejas de luchar y dejas de vivir honestamente.
Sientes odio, impotencia, melancolía... La miel del recuerdo ahora sabe amarga, y el azúcar de tu vida no da dulzura... Sino amargura, asco y repugnancia, amargo como hiel. Un desahuciado, el rey de su hogar que ha sido echado, destronado, el preso al que le roban la libertad, el pajarillo al que enjaulas; eso soy.
Eso somos... Desahuciados y desamparados, ignorados por la ley, ignorados por la justicia... Que la protesta sea el grito mas fuerte en la noche mas silenciada... Gritar al viento que: "Sí, somos desahuciados, pero ante todo somos una familia, somos personas, no somos una cifra cada final de mes".
Lo malo de la vida es que luchamos, luchamos, luchamos y luchamos por unos metros cuadrados de más y luego... Simplemente somos dueños de una caja de pino de tan solo dos metros... Pero mientras sigamos vivos... Que la lucha continúe, y que la guerra de vivir y luchar por una vivienda digna no cese.

   Marcos Kinner.
  26 Julio 2013.

domingo, 15 de febrero de 2015

El circo de las doce rarezas.

Iba caminando por mi ciudad tranquilamente cuando una triste oleada de viento alzó unos papeles al vuelo y uno de ellos cayó ante mis pies. Hacía frío, iba encogido y con la cabeza gacha. Alargué la mano y tomé el papel.
En él Ponía "Circo de las doce rarezas". "Vean al increíble boxeador sin tacto".
  "Deleitense contemplando a un oso panda albino, completamente blanco".
No pude evitar reirme, los osos pandas son blancos y negros, La entrada apenas costaba cuatro euros, el circo se instaló en Barcelona. Se lo comenté a la familia mientras cenábamos. Me miraron los cuatro a la vez; mis padres y mis dos hermanos. Creía que iban a decir que era una estupidez, como de costumbre; pero dijeron que tal vez podríamos pasar una buena tarde en el circo de las catorce rarezas.

  Fuimos arreglados, bien presentados y compramos nuestra entrada en taquilla, yo pagué con un billete de cinco y el hombre me dio el cambió en monedas de un céntimo. A lo que le dije:
  "¿Y esto?... ¿por qué me da el cambio así?"
A lo que él me respondió: "Rarezas, joven. Rarezas".

Pasamos dentro, entre luces de todo tipo, sonidos estridentes de guitarras y focos xenon sobre nuestras cabezas, una telaraña de humo denso hizo un bonito efecto con las luces y los rayos que desprendían los lásers. La gente comía palomitas... Bueno, es decir, las bolitas de maiz sin estallar, eso tambien me pareció raro, sobre todo por que lo hacían de forma normal, sin extrañarse de saber que estaban comiendo simplemente maiz; puro y duro.
Caminamos por el circo hasta llegar a las butacas ordenadas no por número, sino por colores; fila roja, asientos rojos, bermellón, burdeos y granate. Todo eran cosas raras de toques extravagantes, casi catalogadas al más puro estilo del genio cinematográfico Tim Burton.
Habían rosas de color gris por todos lados, un color real, los pétalos eran grises cómo un invierno en Londres, de un tallo color morado y con unas espinas que parecían ser metálicas.
El circo tenía al increible hombre qué llegaba a fin de mes con 420 euros, algo realmente inigualable, cuando le vimos se oyó una potente voz decir "¡vean al hombre malabarista... Hace malabares para llegar a fin de mes!".
También tenían a la increíble mujer idiota, enjaulada. No saben cómo se llama, está irreconocible, dicen que es por tanto uso de cirugía. Esa mujer no deja de repetir algo así cómo: "yo por andreita mato".
O algo de ese tipo. Hubo quien la reconoció desde el público; un foco iluminó la voz que señalando a la mujer dijo "es Belén Esteban".

De repente y ante tanto revuelo, todos se sientan. A mi lado, casi en la fila naranja, tengo un hombre que dice haber trabajado para una familia paranormal, no dejaba de hablarme. "La familia Lost" así se llamaba según ese hombre que se hizo llamar John.

Estabamos viendo cómo hacían malabares con pelotas invisibles; marionetas bailando sin cuerda, casi dotadas de vida de una forma extraña y sin sentido; cómo los autómatas en Cazadores de Sombras. Una fuente llameante de fuego, llameante en el centro de la pista del circo y de ella salió un hombre vestido de corbata que se hizo llamar el payaso Marianín. Iba vestido de traje y hablando imitaba en ciertos aspectos al presidente del gobierno. Rogó a todos que nos sentásemos para dar comienzo al espectáculo del circo de las doce rarezas.
Una potente iluminación roja le alumbró y alzó la voz en un tono de fuerte acento Italiano.

  -En breves minutos queridos espectadores, dará comienzo el espectáculo del circo de las doce rarezas. Se recomienda no traer niños menores de ocho años al espectáculo para no herir la sensibilidad de los pequeños.
Mi hermano pequeño me miraba, me agarró fuertemente el brazo y me dijo, "¿has oido eso?".
Le senté encima de mí y tomé sus manos. Mi madre le dijo: "no pasa nada Samuel".
De nuevo habló el payaso marianín.
  -Y sin más preámbulos ya comienza esta noche del circo de las doce rarezas.
  Sonaron trompetas y redoblaron unos tambores, al ritmo en el que la luz lanzaba flashes y se destacaban sonidos guturales extraños provenientes más allá del telón morado.
  -Y con un fuerte aplauso, ya recibimos a ¡¡la primera rareza!! Recibamos a Erik Donetti, ¡un político honesto!

En cuanto se juntaron las palabras Político y honesto, la gente a la vez zumbó, el circo vibró, espectante y exigente por querer ver esa enorme rareza

  -Cuéntales Erik, ¿por qué eres un político honesto? -Preguntó el payaso Marianin.
  -Soy honesto porque aún no he llegado a nada. Cuando pueda tener un puesto importante; concejalía, ministerio, escaño en el congreso... Cuando consiga un puesto de importancia dejaré de ser una rareza, seré un político normal.
Mi madre le dijo a mi padre unas palabras que no oí pero que leí en sus labios
  "¿Un político honrado? Venga hombre, es un sin sentido".
Mi padre afirmaba con la cabeza encogiéndose de hombros.

  El payaso Marianín siguió con el espectáculo cuando todos vieron entre música y aplausos a Erik.
  -Despidamos a Erik con un fuerte aplauso, ¡¡Erik, el político honesto!!
  La gente aplaudía de forma que no se oía la voz de Marianín. Entonces tuvo que hacer una pausa hasta que los aplausos cesaron.
  -Ahora sin más dilación, demos paso con un fuerte aplauso a la siguiente rareza, el ¡director de mediaset! ¡¡que ha conseguido hacer un programa interesante en telecinco!!

   La gente enloquecía; en parte de impresión, y por otro lado por sorpresa, nunca habían visto a un político honesto, pero ni mucho menos habían visto un buen programa en telecinco. Absolutamente eran rarezas que no eran normales, pero la tercera rareza era aún más desconcertante y rozando lo anormal.
  -Y ahora despidamos con un fuerte aplauso al director de telecirco... -Marianín corrigió el error qué además hizo a propósito-.Perdón, de telecinco.
  Entre aplausos y luces de iluminación verde que alumbraban toda la pista se oyó un estruendo que aterrorizó a todos. El payaso Marianín dio un grito de satisfacción y continuó hablando:
Querido público ya hemos visto dos rarezas. Ahora, daremos paso a la rareza número tres; aclamen con un fuerte aplauso al Mosso D'Esquadra que nunca golpeó a ningun detenido, rareza número tres ¡un fuerte aplauso para Arnau; el Mosso D'Esquadra pacífico.
  La gente más allá de su asombro, no concebía el drama que presenciaban. Era el único Mosso D'Esquadra que estaba impune de haber maltratado fisicamente a algún transehunte. La gente aplaudía en muestra de asombro, no esperaban ver algo así. Aunque lo mejor estaba por llegar.

  -Y ahora queridos espectadores... hablando de pacífico ¡¡Ante ustedeeeees!! El curioso caso del hombre que beber Bio Frutas Pacífico le volvía terriblemente violento y le daba por morder a la gente. Un aplauso para ¡Luis Suárez!
¡Hay que ver que bien los metes eh Suárez!
  -Sí, la verdad es que los goles es lo mío.
  -no... no, no, no ,no... Yo me refiero a los bocados.
   El público reía, no era un circo para hacer reir. Era un circo de cosas extrañas y rarezas. No me parecía gran cosa, pero el ver tantas cosas raras me parecía inquietante, por lo tanto estaba en tensión. El payaso Marianín continuaba hablando, dando paso a la quinta rareza.
  -Y ahora, despidamos a Suárez, no le den la mano, podría morderles fuertemente.
Damos paso a la quinta rareza, recibamos con un fuerte aplauso al albañil ¡Kiko Rivera! Kiko ha dejado de vivir del cuento y de vivir a costa de su madre y se ha metido a trabajar en los albañiles, creo que hasta ahora es la mayor rareza, pero estén atentos, habrá más y mejor. Pero eso, en la segunda parte del espectáculo, ahora tenemos un descanso de diez minutos mientras preparamos la segunda parte del espectáculo.
   Una enorme ovación llenó de sonrisas al payaso Marianín que ante la mirada de todo el circo hizo un breve discurso:
"Una rareza que ya habéis presenciado y que no os habéis dado cuenta... Es que cada cuatro años vais a votar a un payaso. Pero yo; que me dedico a ser payaso, muestro mas seriedad que esa persona que va a gobernar el gran circo que es españa, yo no voy con engaños. Lo más raro es que siempre votan al que mas cara de mentiroso tiene, ahi teneis vuestra sexta rareza, nos vemos después del descando querido público."

En ese tiempo; en el descanso, había tiempo suficiente. Salimos a fuera a ver entre otras cosas al caballo invisible. No se oía el trote de los pasos ni las huellas de las herraduras en el suelo a lo que me acerqué a preguntarle a un domador si se había escapado y me respondió:
"No, solo son rarezas hijo, rarezas"

La segunda parte comenzó. Casi con aires deseosos de que acabase deprisa;

  -Y sin más dilación ya sacamos a la séptima rareza. Un político Español que sabe hablar idiomas...
   La gente, creyendo que se trataba de un engaño rogó pasarle un micro y efectivamente, pudo hablar claramente tres idiomas. La gente aplaudía, casi más que antes.

  -La octava rareza amigos es... Contengan la emoción, atemperen su entusiasmo pues lo que ahora van a ver puede ser causa de infartos... Es algo realmente increíble.
Ante ustedes, Luis Bárcenas sin maletín y sin papeles bajo el brazo.
   Igual que antes la gente clavaba las bocas en el aire dibujando una O y todos a una gimieron un entendible "Haalaaaaaa"

  -Ya estamos llegando al final del espectáculo, solo queda unas pocas rarezas más señoras y señores... Que salgan, -dijo en voz alta-. Todos los hijos del primer rey
  Cuando dijo eso, salieron como unos treinta individuos; unas doce mujeres mas o menos, y el resto eran hombres; la mayoría de la edad de Felipe; el más mayor de ellos reclamaba el trono. Era una rareza; no por cuantos eran, sino por que con lo sumamente poco atractivo que era el primer rey ¿como pudo tener tantos hijos y varios de ellos resultar ser hermosos?

Entre abucheos del público; que claramente esperaba otro tipo de diversión en la mediocre segunda parte del espectáculo, se vino encima la décima rareza; El boxeador sin tacto.
Una vieja gloria del boxeo que farfulleaba y fanfarroneaba, después de mucho tiempo habiendo carecido del sentido del tacto con el tiempo recuperó el sentido. Al cabo de diez años volvió a perderlo y se hallaba aquí como rareza de un circo extraño y no muy afamado. Se llamaba James Harlem, y pocos de los presentes le conocían, fue un gran boxeador en la primera década de este siglo. Un par de vueltas entre el público con los guantes de boxeo en sus manos mientras le hincaban cuchillos y tenedores en los brazos, le prendían fuego y él no sentía nada; excepto creo que vergüenza por haber acabado así.

La undécima rareza era un animal, el único oso panda albino, totalmente blanco... La gente enmudeció, gran parte del público gritó:
"¡Buuuuh! ¡¡¡Vaya farsa!!!"
A pesar del bajo precio y de la más baja calidad a mí me estaba gustando lo que veía; eso sí, no era para acudir otra vez.
la gente mas descontenta que en la primera parte; donde si lo pasaron bien, estaban indignados... Abucheos y gritos negativos mientras Marianín los recibía en la salida con una sonrisa y casi pidiendo disculpas al público.

  Así acabó el circo. Salimos todos, mas o menos insatisfechos. A mí si me gustó, aunque era más un museo que un circo, de haberlo presentado como un museo hubiese tenido más crítica positiva.
Cogí la papeleta que guardaba en mi bolsillo y vi que el circo anunciaba doce rarezas y que sólo habían salido once. Iba a preguntarle a alguno de los trabajadores del circo a la salida; uno pareció que me leyó los pensamientos pues me miró y me dijo:
"Esa hijo, es la décimo segunda rareza".

martes, 10 de febrero de 2015

Los Ojos Del Vagabundo.

Los ojos del vagabundo... El joven no entendió lo que le dije... No entendió a que me refería cuando le dije esa frase.

Ese joven se llamaba Joe, fue uno de los muy pocos supervivientes del atentado terrorista del once de Septiembre, se libró por que estaba allí de becario, salió a su universidad y al volver ya estaban ambas torres en llamas. Con mucha suerte se sacó la carrera de periodista y un día cualquiera se topó conmigo... Yo le conté parte de mi vida y el me contó parte de la suya.

Todo vino por que ese joven me dijo que los cartones eran basura...
Pedí que me los diese, ya que yo no los veo como basura. Surgió que dijo eso y... Bueno, le expliqué mi punto de vista sobre el cartón o sobre lo que él veía basura o lo que no.

Primeramente el frío... Es algo que muchos dicen sentir.
Yo le pregunté qué haría él con bolsas de plástico o con hojas de periódico. Encogiéndose de hombros dijo que lo más normal sería reciclarlo.
Le dije que en las bajas temperaturas en las horas de madrugadas esas dos cosas podían ser el mayor tesoro de cualquiera, hojas y bolsas de plástico pegadas entre ropa y piel podían hacer de una noche congelada, a una noche menos fría.

El hambre... Es algo que también dicen sentir.
Y la vergüenza... La que sienten al ver a alguien como yo, giran sus cabezas y disimulan; fingen no haberme visto y no sueltan una mísera moneda.
Odio profundo... Mis ojos te observan y te examinan; los ojos de un vagabundo.
Detrás de cada gesto, de cada movimiento de mis ojos puedo ver más allá. Ver el enorme valor de lo que para otros es basura; ver cómo oro lo que para otros sería piedra...
Así cada mañana al despertar... En algún banco habiendo sido presa fácil del frío, de las burlas de los adolescentes o de la caridad de alguna buena persona que deja unas monedas o un café bien caliente en estos días de furioso frío a la intemperie. Despertar con dolor de espalda, en algún banco. Despertar de frío; protegido por unos cartones, que tú ves como basura pero que yo veo como oro. Una almohada de bolsas de la compra; objetos que tú ves útiles una vez, yo los uso una, otra, y otra vez.
El abrazo, el enorme abrazo de una bufanda; muchos dicen tener frío... No sabéis lo que es el frío...
De la luz del alba a la noche. Dónde la luna es mi amiga, donde su luz ilumina cada noche, en ella veo lo que nadie ve; cada noche al dormir a pesar de todo me siento orgulloso de escrutar el cielo estrellado y ver el pasear de la nubes, en esa enorme decoración de la naturaleza que a veces podemos ver; las estrellas fugaces... Dónde uno ve rutina, yo veo ilusión cada noche, cada noche por saber y por rogar el tener un día siguiente, en el que extiendo mi mano esperando alguna moneda en la tarea de la limosna.
Jamás entenderán que el dinero no da la felicidad... Jamás podréis saber lo que mis ojos ven, donde yo veo ricos de dinero en abundancia; realmente hay pobreza emocional o agobio, por querer más y más. En cambio yo... Que diariamente recibo dinero suficiente para vivir ese día... Soy feliz con tener nada, y a la vez lo tengo todo.
El mañana es un misterio, eso, bajo mi punto de vista; es vivir.
Vivir cada día, es un regalo. De ahí que regalar algo se le llame presente, por que ningun regalo puede compararse con vivir el presente.
Mis ojos, que bajo un rostro manchado y una barba larga veo más que tú; en eso tú ves basura; en cambio yo, con mis ojos de vagabundo veo un absoluto manjar. Saborear latas de conserva que encuentro en cubos de basura, saborear tomates, patatas. Aparentemente malos... Pero en mi situación no puedo mirarle el diente al caballo regalado. Despertar y ver una infinidad de personas nuevas cada día; catalogarlas en tipos, en colores de ropa, en altura... Así uno no se aburre. Pasear libremente por cualquier sitio; no necesito más que una fuente de agua cada cierta distancia y algo de comer con los céntimos sueltos que voy recolectando de los transehuntes.

Indigente, sí. Honrado, también. No hago daño a nadie poniéndome en la puerta de un mercadona o de un carrefour... Aquí viene el que al principio dije... Ese joven; Joe, que dijo que doy mal aspecto al estar en la puerta. A lo que respondo:
"Me pongo aquí para ganar algún euro joven"
El tipo que dijo eso tenía cartones bajo el brazo, cartones inútiles; para él. Le dije:
"¿vas a tirar esos cartones?"
    Y me respondió:
"Sí, es basura"
   yo le dije:
"No, no lo es. Dámelos a mí"
Extrañado me los dio y me preguntó:
"¿No es basura?"
   Yo alzando mis enguantadas manos por el frío le dije:
"los ojos de un vagabundo"
   A lo que extrañado me preguntó de nuevo:
"¿Qué quiere decir con eso?"
   Yo le respondí:
"Hijo, dónde tu ves basura, yo veo oro. Así son los ojos de un vagabundo".

Al final el joven entendió lo que le dije... Se sintió culpable de haberme llamado estorbo y me dio los cartones, estuvimos hablando un largo rato, yo perdía algunas monedas pues entraba y salía gente a cada rato, pero eso me daba igual, por lo menos una persona trajeada y elegante se detiene a hablar con un llamado "desecho de la sociedad"
Me contó parte de su vida, me dio, repito; los cartones y a parte veinte euros... ¡Vaya! Parece que comeré más y mejor durante unos días.
Además Joe quiere hacer un reportaje sobre mí en televisión, y quiere llamarlo:
"Los ojos del vagabundo".

sábado, 7 de febrero de 2015

Marvin Capítulo 3 parte 3. "Ambiciones".

Capítulo 3 parte III:
"Ambiciones".

Pasó la noche, y con eso el día siguiente. La señorita Tarles resultó ser una auténtica fiera, para sorpresa de Marvin. Como cada mañana, despedía a su invitada nocturna con la frase: "Esta noche vuelvo a llamarte". Pero que luego, nunca llamaba. Aunque tenía la sospecha de que a la señorita Tarles si iba a llamarla para alguna otra vez. Algo diferente tenía; tras ese apretado vestido negro con volantes y una preciosa cara limpia y con un elegante peinado.
A marvin le hizo pensar: "Sí se pone así de guapa para un carcamal como yo, ¿cómo se pondrá ante un verdadero caballero?"

Ya era la mañana siguiente Éste se retocaba la corbata frente a su espejo, y el descolocado flequillo que le caía sobre las cejas se lo retocaba con laca. Preparado y bien vestido como cada mañana, salió por la puerta, esta vez sin la llamada de Morgan; pero con un mensaje de Gregor:
  "Si necesitas algo estaré en Abbey Adidstance."
  Era bueno saberlo. Abbey Adidstance era una cafetería donde se congregaban altos cargos de los grupos policiales. Entre ellos; Sorbero, Gregor o el mismo Morgan; para hablar de algún caso; ayudarse con rumores o pistas entre cafés calientes y donuts. A Marvin no le gustaba ese ambiente, eso de compartir información de su propio caso. Así que pocas veces acudía.
  Marvin estaba yendo camino al café Master Of Paradise; para su café con bourbon de cada mañana, donde se sentaba con el cubo en sus manos para voltearlo y girarlo haciendo combinaciones sin sentido, buscando pensar... Pensando más allá de sí mismo...
"El disparo a Morgan".
"La forma en la que sometieron al señor Andrews para montarlo en el coche".
"La falsa inválida señorita Clara". Todo eso le pasaba por la cabeza en cada movimiento... ¿Por qué vino Clara a culpar a Theressa Andrews? ¿Por qué fingió ser inválida? Preguntas que rondaban de forma constante y que necesitaba responder; ansiedad y estrés paseaban por su cabeza. Necesitaba otra pequeña raya de cocaina para seguir con el caso...
Morgan le telefoneó con voz urgente; los federales habían detenido al presunto culpable del disparo a Morgan. Marvin se dio prisa para interrogarle; rompiendo con el mono y con todos sus pensamientos y centrándose en el caso.

Marvin llegó y enseñó la placa a izquierda y derecha. Cruzó el pasillo, tomó el ascensor y en un santiamén estaba en la habitación contigua de la habitación interrogatoria.

  -Hey -Saludó Marvin.
  -le esperabamos Detective... Ahí está la basura. -dijo Charles con una taza de café en su mano-. Se llama Adrián González, Colombiano; drogadicto y ladrón. -Charles vaciló, alzó una ceja y miró a Marvin-. Todo un fichaje
  -No por que sea drogadicto tiene que ser basura; -Marvin bromeaba-. míreme a mí
  -usted... Bueno. -Dijo Charles en voz baja mientras se metía la camiseta por dentro-. No es un ladrón ¿verdad?
  -hoy sí; voy a robar el turno a usted, -Señaló Marvin, saliendo de la sala y pasando a la habitación interrogatoria-. voy a interrogarle yo primero
  -Pero Marv... -No dijo más, pues cuando quiso reaccionar Marvin ya había salido-.

Marvin abrió la puerta de la habitación insonorizada y del enorme cristal tintado que se hallaba en la pared, a la derecha de ambos.
  -Adrián González ¿no? -Preguntó Marvin
  -Sí -Adrián Vaciló, sentado con los pies sobre la mesa.
  -Parece que la has liado parda -Marvin se puso serio-. ¿no Joven?
  -Dímelo tú... -Adrián vacilaba-. Viejo
  -¿Viejo? ¿Acabas de llamarme viejo? ¿Tan mal aparento estar? -Preguntaba marvin exaltando los ojos y haciendo exagerados ademanes-. Aún no he tocado ni de lejos los cuarenta.
Adrián fue claro.
  -¿Qué demonios quieres?
  -Algo realmente fácil; -Marvin tamborileó los dedos en la mesa-. Tienes que confesar. A cambio tendrás tres años de cárcel en los que yo mismo te traeré tu dosis diaria, de lo que sea. ¿Trato? -Marvin le extendió la mano.
  -Yo no he hecho nada tío, -frunció el ceño-. me confunden con otro
  -¡Vaya!... Creía que aceptarías. Ahora tendré que hacerlo por las malas. -Marvin se sentó mas comodamente y se reclinó en la silla-. Dame tus manos, pon las palmas hacia arriba, si no eres culpable no tienes nada que temer; si te resistes; prepárate a pasar muchas noches aquí
  -no estoy detenido según el decret... -No pudo acabar la frase, Marvin intervino antes.
  -¿Decreto? Hijo... Cuando empieze este análisis rogarás que te meta en la cárcel más pacífica de la zona
  -Vale... A ver qué se dedica a hacer.

Marvin pidió a Adrián González que extendiera sus manos con las palmas hacia arriba. Marvin se remangó y puso sus pulgares sobre las muñecas; para captar el pulso de Adrián. Comienza el interrogatorio.
  -Dedícate a responder; no te desvíes. Y en preguntas de sí o no, dedícate a Afirmar o a negar; ¿de acuerdo?
  -Sí...
  -¿Dónde estabas ayer a media tarde? -Marvin agitó la mano, un ademán para ajustar la probabilidad-. Sobre las ocho.
  -Trabajando.
  -¿En qué trabajas? -Pregunt rapidamente
  -En... -Titubeó y tartamudeó-. En una carnicería
  -¿Tienes familia aquí? -Lanzó esa pregunta y Adrián se puso nervioso.
  -Sí
  -¿Clara González?
  -No... -Adrián Vaciló-. No la conozco
  -No te he preguntado si la conoces, te he dicho que respondas; sí o no.
  -No.
  -Bueno hijo... No necesito seguir. Si vas a mentie creo que te espera una buena temporada en prisión si no colaboras
  -¿Qué diablos dice?
  -Sabes hijo... -Marvin comenzó a explicar con el cubo en sus manos-. cuando una persona miente; involuntariamiente mueve todos los músculos de la cara; cejas, comisuras labiales, nariz, parpadeos. Tú lo has hecho. Aparte del pulso; al formular la pregunta que te puede meter en una encerrona tienes un pulso más acelerado. Tú lo has tenido, mas acelerado. La voz; el titubeo, la vibración del tono... Sin querer me ha confesado que sí es familiar de Clara, y... Disparó usted a Morgan. Es más, no trabaja; si a las ocho estuviese trabajando en una carnicería, esa carnicería debe ser realmente afamada y conocida por sus ventas, pues todas las carnicerías cierran a las séis; compruebelo. Estoy dispuesto a asegurar qué... Usted mató al señor Andrews; cosa que aún, no sé como, he mirado sus huellas y el tatuaje de su cuello. Significa que perteneces a una banda ¿cierto? Eres un sicario de la banda Skapponers... Por lo tanto viendo sus huellas, qué no tiene; es fácil indicar que se las quemó con sulfúrico, buen método, pero doloroso ¿verdad? Me reitero en decir que usted es el asesino, pero aún no sé cómo.
  -No sabe cómo... Pues hasta entonces detective, creo que debe soltarme. -Entonces el joven se levantó-.
  -pero... -Dijo Marvin en voz alta-. Antes de irse. Déjeme pensar. -Marvin se sentó enfrente con su cubo durante unos minutos, Adrián se impacientaba y justo cuando iba a decir algo; Marvin dejó el cubo con las caras Blanca y Azul completas-. Voy fuera un segundo, déjeme comprobar una cosa...

Marvin salió, y fue a buscar a Gregor, que ya estaba por ahí rondando sin tener nada que hacer.
  -Gregor, ¿puedes comprobar si el chico tiene pertenencias aquí?
  -Una mochila, con un par de geringas, eso es todo
  -Házmela llegar. Quiero comprobar algo.
   Marvin tomó la mochila y miró en su interior... Sorpresa, su rostro estaba lleno de satisfacción. En unas tres horas, hicieron unas pruebas sanguíneas en una de las jeringuillas que resultaba aparentemente vacía.
Marvin, sin explicar el por qué a nadie, entró de nuevo a la habitación interrogatoria; hablando con el chico todos supieron cual fue la adelantada teoría de Marvin.

  -Aropetinol, ¿cierto?
  -¿Qué? -Preguntó el Joven intimidado.
  -Han mirado en tu mochila Adrián; cosas interesantes; una pistola, dos jeringuillas; para uso personal. Y una sustancia aparte en una tercera jeringa, una rara sustancia derramada... Aropetinol, chico listo; no había caído hasta que me dio por pensar. El aropetinol; un suero que duerme brazos o piernas durante unas doce o dieciocho horas. No deja rastro en sangre; en absoluto. Demasiado dificil para el bueno del doctor Swan. Tienes todo en tu contra hijo. Pero... ¿Por qué hacer algo así?
Adrián se derrumbó. Confesó todo a Marvin.
  -Clara... Es mi hermana. Ella se acostaba con el señor Andrews.
Él le prometió casarse con ella y dejarle su dinero. Ella era ambiciosa; más de lo normal. Tuvieron una discusión; él iba a despedirla. Las ambiciones le pudieron a Clara; cambió su facturación; sus ingresos por ordenador a su propia cuenta. Él se enteró y discutieron; ella le dio un golpe brutal en la cabeza. Estaba vivo; me llamó a mí para acabar con él; le subimos al coche y le inyectamos aropetinol. El coche lo abrí de forma que pocos saben
  -La bola detectora de humo... Metísteis el cuerpo inconsciente, pusísteis el coche en marcha por el ordenador; velocidad automática y conducción manual. Accidente garantizado
  -Exacto... Parecía el crimen perfecto; accidente de coche y mi hermana heredando una fortuna de la que yo recibiría gran parte. Pasaron unos días y me enteré que estaban investigando.
Ese poli; Morgan, me perseguía; me puse nervioso y le disparé y con eso me delaté practicamente.
  -Se te olvida una cosa... ¿Por qué ella se inyectó Aropetinol?
  -Yo se lo inyecté... ella, ella quería despistar al poli que la iba a interrogar. Digamos... Aparentar ser inofensiva.
  -Pues lo hicísteis bien. De no ser por que ese poli que investigaba era mi amigo Morgan y yo, Adrián; el más sofisticado; si me permites decirte.
  -Ahora... ¿Qué?
  -ahora mandaremos un coche policial a por tu hermana Clara, y en cuanto a tí...bueno, Lo que dijiste; pudo ser el golpe perfecto, pero os topásteis con Jay Marvin y con Frank Morgan; el poli al que disparaste. -Cambió la mirada a la cristalera tintada de la habitación  y dijo en voz alta-. Que pase la noche aquí... Mañana tendrá juicio. Buscadle un abogado de oficio.

Marvin, el detective Marvin. Agotado; fisica y mentalmente, estaba en su despacho. No era tarde; las siete de la tarde daban en el reloj mientras él estaba con el cubo en sus manos y un vaso de Bourbon con hielo. Aburrido y cansado; se colocó la corbata y se miró el flequillo. Como por la mañana, pero en esa fría tarde noche. Casi sin pedir permiso fue al hospital a ver a Morgan, y a pasar la noche hablando con él. Hasta el día siguiente; en el que Morgan recibiría el alta médica y ambos se pondrían manos a la obra, eso sí; Morgan con un cabestrillo en el brazo. Siguiente caso para el alocado pero efectivo detective Marvin y para el doctor Frank Morgan.

viernes, 6 de febrero de 2015

Marvin Capítulo 3 parte 2. "Ambiciones".

Capítulo 3 parte II:
"Ambiciones".

Gregor ya cedía. Comprendía y aceptaba que Marvin; era mas listo y capaz de resolver hasta el caso mas complejo.
  En efecto, Marvin fue a visitar al forense. Al médico que miró dentro del Sr. Andrews; el doctor Swan. Éste redactó un informe de la autopsia post mortem del cadaver del antes mencionado; el Sr Andrews.
La visita fue fructífera. Ligera y llevadera; también decisiva. Marvin entró en el depósito de cadáveres recientes. El sr Andrews ya estaba enterrado; pero sus dientes, uñas y fragmentos de una especie de Goma o caucho negro que circulaba en su estómago, estaban en una bolsa de pruebas. Ante una mesa de acero inoxidable; el doctor Swan y el detective Marvin examinan y comparten opiniones.
  -Y bien detective, ¿qué opinión le merece esto?
  -estoy... Digamos pensando, a la vez que giro este maldito cubo pienso en hacer un... Puzzle, o rompecabezas imaginario para entender. Entender lo que tengo delante de mí.
  -Y, ¿cómo va? -Interrumpió al ver que Marvin seguía encerrado en los movimientos del cubo.
  -Por ahora sólo tengo la cara naranja, es algo complica... -el Doctor Swan le interrumpió.
  -me refiero a su... Rompecabezas mental
  -¡Ah! Claro. -Entonces guardó el cubo-. Verá, resulta que hace unas horas, con el detective Gregor hice una pequeña reconstrucción en la que estaban presentes estos mismos elementos. ¡Curioso! Mi más aproximada explicación es qué -cogió un diente con una mano enguantada- tal como se muestra en el diente, -señaló el diente con la otra mano-. Con esa especie de viruta negra alrededor, y tal como esos fragmentos negros de dentro del estómago puedo aventurar; tal como esta mañana, que el señor Andrews mordió el volante, tal vez para controlar el vehículo. Con lo que es posible que le maniatasen.
  -No, el cuerpo se hallaba sin ataduras en el coche, ni cuerda, ni cinta americana o celo. Nada.

Marvin se acarició la barbilla con el pulgar y el indice, con el codo apoyado en la palma de la otra mano.
  -Entonces... Bueno, el que todo lo sabe me dará alguna explicación
  -¿El que todo lo sabe?
  -Si, el todopoderoso APCOAS

El APCOAS era: ARCHIVOS. POLICIALES. CLASIFICADOS. ALTAMENTE. SECRETOS.

  -ah... Bueno detective. ¿Y de las uñas qué opina?
  -¿Tienen fibras o carne? -Dijo Marvin que jugaba con los senos de un cadaver de mujer recientemente muerta-. ¿sangre quizás?
  -Tienen un poco de sangre. -El doctor Swan alzó la vista y se sorprendió al ver a Marvin jugando con aquella mujer-. ¡Pero señor!, ¿qué hace?
  -Es curioso eh, incluso después de muerta tiene esta parte del cuerpo a una temperatura estable
  -¡Está loco! No toque a la señora pentexas
  -oye no pasa nada, no se va a quejar ¿cierto?
  -¿Se lo toma todo a broma?
  -No, pero lo gracioso sí
  -Tocar los senos a una mujer fallecida no lo es sr Marvin
  -Ni siquiera son suyos, se nota que son operados.
  -si pudiera levantarse de seguro que le daría a usted una buena bofetada
  -no es para tomarselo tan a pecho, de todos modos lo tiene de plástico. El plástico no piensa
  -¿Le han dicho alguna vez que sus modos son inadecuados?
  -Si me dieran un dolar cada vez que dicen eso de mi, podría tener a todas las chicas operadas del mundo, como a ella, ¿verdad chica? -Dijo mirando a la difunta señora Pentexas
  -Es usted incorregible
  -Eso... Tambien me lo dicen mucho, bueno. Dejemos ya... A la señora Pentetas... Perdón Pentexas. Dejemos a un lado esto y dígame. Hay sangre ¿cierto?
  -Sí, la hay. La mandamos examinar pero no hay código genético. Es decir; no pertenece a nadie.
  -A nadie... O a alguien que no tenga papeles o no esté registrado. Ya examinaron el tubo de pastillas de cafeína en busca de huellas y tampoco... Nada. Creo que estamos ante un caso realmente difícil. Una conspiración, un asesino detrás de todo esto. ¿Quién ordenó matar al señor Andrews? Todo un misterio de momento. ¿no cree doctor Swan?
  -Creo detective que si de verdad hay un asesino; es torpe.
  -¿Por qué dice eso? Podemos estar tratando ante un sicario profesional. Alguien que se borró las huellas con ácido sulfírico, por ejemplo. De ser así... Nada más puedo decir, qué claro queda. Lo ves, se ha quedado blanca la señora Pertexas, a ella le escama todo esto.
  -sí... Seguro, ¿ahora qué hará Marvin?
  -Pues buscaré la forma en que introdujeron al señor Andrews en el coche, -miró su reloj-. Si no se me ha adelantado Morgan, que seguramente si.
  -Vaya usted, detective. Cuando tenga noticias nuevas, ¿le importaría avisarme?
  -Por supuesto. Creo que en breve tendré que llamarle, hallará noticias mías en breve.

   Sin decir otra palabra, salvo "adios señora pertetas", Marvin salió a fuera. Fue a su despacho, en el camino no dejaba de darle vueltas. Montado en su Chevrolet Camaro le daba vueltas a su cabeza a la vez que al cubo. Hasta que un control policial que no pudo burlar le detuvo; como detective no tenía ningún tipo de preferencia policial. De modo que le bajaron del coche con tres gramos; con el cubo en sus manos mientras conducía y sobrepasando la tasa de alcohol en sangre.

"Incorregible, eres incorregible". Decía Morgan cuando fue a pagar su fianza.
  -No debería ser usted así detective, tan dado a las drogas y al alcohol.
  -supuestamete era usted quien debería meterme en vereda, que esté así es culpa suya. -añadió Marvin sonriendo, que era incapaz de permanecer serio-. Esfuérzese más por hacer de mí una persona.
  -Marvin, esto no es un juego; muestra seriedad
  -Crees que no lo hago. He dejado que me cogiesen a propósito
  -¿Cómo? ¿Por qué? Qué pasa. ¿Se aburría?
  -Ni mucho menos mi querido Frankie... Realmente lo he hecho para continuar con el caso, aunque te parezca lo contrario
  -Pero ¿cómo? Explíquese Marvin
  -al ser detective, uno tiene ciertos privilegios, ya lo sabes. No te ponen en un calabozo normal. Eso es para maleantes
  -O sea, para alguien perfectamente como usted
  -No interrumpa y escuche, Morgan. La cosa es que no me han encerrado, simplemente me han esposado a una caldera, a la tubería de cobre de la caldera, entre el hueco de la pared y la tubería
  -vaya al loro Marvin
  -Bueno. Me han esposado ahí; una sola mano. La otra estaba completamente libre, con lo que estaba en una mesa de un poli que ni conozco, ante un ordenador. He accedido a los archivos policiales recientes de la APCOAS y ¡bingo!
  -Y ¿cómo sabía que le iban a poner en alguna zona así y no en una celda?
  -Actúo, luego pienso, querido Frankie
  -Marvin; Frank a secas. Y otra cosa; eso no es excusa. Podía haber ido a preguntar como detective. Sea sincero
  -Bueno, siendo sincero, me han pillado bebido, colocado y distraído. Me aburría así que he seguido trabajando, hasta esposado he conseguido información, no toda pero si la que necesitaba. De ahora en adelante llámame Marvin Houdini
  -Y ¿que has descubierto? ¡Oh gran Houdini! -Morgan habló con notable ironía.
  -Carxantín
  -¿Carxantín?
  -Sí. Un relajante muscular muy fuerte para animales; caballos, leones, elefantes.
  -¿Qué quiere decir con eso?
  -Vaya Frank. Le creía mas listo. Pienso que el caso del Sr. Andrews fue asesinato. Quizá le subieron al coche con el Carxantín inyectado en brazos y piernas, no pudo moverse y entonces recurrió a conducir con la boca; mordiendo el volante, hay pedazos de goma del volante en los dientes y muelas de Andrews. ¡Ah! Y en su estómago.
  -Y como... ¿Como ha llegado a eso del carxan...
  -Carxantín. Fácil, resulta que buscando en archivos policiales; hay casos similares, para fingir accidentes tal vez. Buena excusa eso del Carxantín. Lo curioso es que Swan no ha dicho que se usó tal sustancia
  -Hablaré con él, fue el que hizo la autopsia, ¿deberíamos sospechar de él?
  -No lo sé, pero lo de hablarle, Morgan. Déjemelo a mí, le informaré del Carxantín yo mismo.
  -¿Por qué usted?
  -Por que se coger antes a un mentiroso que a un... -hizo una pausa para seguir hablando sobre algo que haría que Morgan declinase la idea de ir a ver al doctor-. Además hay sangre, mucha sangre
  -Ag... Que asco. -Puso un gesto de desagrado-. Me ha convencido
  -Voy a telefonearle, volver allí es... Ir otra vez allí es... ¡Oh! una rutina tonta
  -Es lo que tiene ser detective; Pasar mil y una veces por algún sitio.
  -Yo soy la excepción, Doctor Morgan. Déjeme aquí mismo. Voy a merodear alrededor de la residencia Andrews y luego le telefonearé
  -Será mejor que vaya a verlo, yo estaré con Hollow, con la subteniente Lindsay.

Marvin pensó en la anterior escena con el doctor, jugando con los senos de la difunta señora Pertexas. "evidentemente es mejor llamarle, no querrá verme por allí" pensó Marvin

  -Creame, mejor le telefoneo. Morgan y Hollow... Le vendrá bien compañía femenina
  -Usted siempre tan puntero Marvin. Anda baje; es aquí.

Marvin no se demoró un segundo en telefonear al veterano doctor Swan, en busca de una lógica explicación.

  -Detective Marvin. Digame, tiene noticias
  -me arrestaron hace un par de horas y bueno; si, tengo noticias
  -¿le arrestaron? Como que le arrestaron
  -Cocaina, bourbon; mezcla explosiva al volante
  -¿Y quien más lo sabe? es decir; me ha llamado para que vaya a buscarle
  -No, le llamo desde un teléfono público. Estoy en Church Street; cerca de la casa de la señora Andrews.
  -¡Oh! Y que quería
  -¿Conoce el Carxantín?
  -Sí. He oido hablar de el. Un fuerte calmante de animales, se han dado casos en los que lo han utilizado para secuestros a personas; violaciones; operaciones de órganos para el mercado negro. ¿Por qué lo pregunta?
  -creo que al señor Andrews... En fin. ¿Ha comprobado usted si pudieron inyectarle Carxantín?
  -No hice una autopsia de elementos sanguineos, se trataba; aparentemente de un accidente. Puestos a investigar, llegó usted asegurando que era un asesinato y todo se vino patas arriba
  -entonces no hizo una prueba de elementos en sangre
  -No; pero si le tranquiliza, le gustará saber que el Carxantín deja unas pequeñas marcas redondas en la piel; de tono anaranjado. Las deja unos tres o cuatro días. Si le consuela saberlo le diré que el Sr Andrews no las tenía; así que descarto el uso del Carxantín.
  -Bueno; un río menos al que meterme. Quedan aún siete o ocho ríos
  -¿Cómo dice?
  -Nada, pensaba en voz alta. Seguimos en contacto de acuerdo
  -A su servicio, Marvin.

Marvin daba vueltas por el vecindario; esperando alguna anomalía en la mansión Andrews; tal vez una salida a hurtadillas de algún otro hombre, tal vez de la misma señora Andrews. Buscando una excusa para llamar a la puerta.
Antes de que pudiera seguir sentado en el banco dando vueltas al incomprensible cubo de Rubik le telefoneó la subteniente Hollow, habían pasado un par de horas desde que Morgan se fue con ella a investigar.
  -Detective Jay Marvin al habla, ¿Dígame?
  -Subteniente Hollow. Marvin¿Dónde estás? ¿Andas ocupado?
  -En Church Street. Sentado sin saber que hacer aún, ¿por?
  -Es Morgan... Le han disparado
  -¡Dios! ¿Está bien? ¿Cómo ha sido?
  -Está bien, una bala en el hombro, iba detrás de un joven latino en una persecución y le sacó el Arma. Ya sabe que Morgan no es de sacar armas, es más de persuasión
  -Si lo sé... Pero... No se puede razonar contra una bala. Iré a verle en una hora. ¿En qué hospital está?
  -En el de la cuarenta y dos
  -Ah... Grandes recuerdos, conozco ese hospital, de cuando esnifé matarrat... -Dejó la frase a medias-. Ok. Pasaré a verle
  -Yo estaré aquí. Tambien tengo que hablar con usted, y con Sorbero. Órdenes del teniente Carrie, ha recibido un llamado de Swan.
  -Pues... En una hora, mas o menos, estare ahí. Voy a indagar en el asunto Andrews.

Una llamada de Swan... Tal vez sería por el numerito de la señora Pertexas, algo poco apropiado en cualquiera. Pero tratándose de Marvin; era el pan de cada día.
 
  Marvin pensaba, sin alegrarse; que tenía que posponer la cena con Morgan. Lo que le daba cierta ventaja para quedar con la señorita Tarles. Pero no se notó alguna emoción en su cara. Sin parecer tener algo mejor que hacer abordó la casa de la viuda señora Andrews, llamando a su enorme puerta de madera color caoba

  -Hola, ¿en qué puedo ayudarle?
  -Soy, Jay. Marvin, detective Jay Marvin. Estoy investigando la misteriosa muerte de su difunto marido
  -¿Misteriosa? No fue misteriosa, fue un accidente de coche
  -Señora, mi trabajo es investigar. Y a eso he venido; si me deja pasar
  -¿Tiene una orden?
  -no, solo si usted me deja pasar, podré hacerlo
  -Pase. ¿Quiere tomar algo?
  -No, se lo agradezco, digame... -Miró su enorme techo pintado imitando la capilla sixtina-. ¿Su difunto esposo... Era problemático, debía dinero?
  -No que yo sepa. Tampoco hablábamos mucho, sabe
  -poca comunicación... Primera prueba para indicar que es usted sospechosa de su muerte -inquirió Marvin.
  -¿me acusa de matar a mi marido?
  -en su entierro, usted... Según Clara; no lloró ni mostró algún sentimiento. ¡Curioso! -Hincó su dedo índice en el aire-. Me dijo también que usted trae hombres a casa. Que iban a divorciarse; siendo claros señora Andrews: tiene todas las entradas para este aeropuerto.
  -Clara... Me hablas de la misma Clara que se acostaba con él; su secretaria
  -Me extraña que siendo inválida, le apetezca acostarse con alguien
  -¿Inválida? ¿Perdone?
  -Clara; la secretaria de aires sudamericanos. Es inválida ¿no?
  -pues... No lo parece, encima de mi difunto marido no lo parecía
  -Pero... Élla
  -Élla se acostaba con él; desde entonces fue cuando comenzé a odiarlo. Yo siempre le fui fiel. En cambio... Usted viene aquí; me llama prostituta, interesada, y asesina. Y aún así quiero justicia y saber por que mataron a mi difunto marido; investigue a quién sea... Pero ante todo no deje de lado a esa zorra de Clara
  -No se me escapa una señora Andrews... Pero, lamento haberla prejuzgado, tendré más cautela la próxima vez. Digame, ¿Rita es su criada no?
  -Sí así es, es como de la familia
  -¿de la familia? Clara también dijo que era una persona... Complicada, y exasperante. Esa fue la palabra que usó
  -no, rita lleva con nosotros ocho años. Le hicimos los papeles y la dimos de alta. Está asegurada y bueno... Es alguien de confianza
  -Curioso, ella dijo lo mismo, pero llevándolo a su terreno, digame ¿cuánto tiempo llevaba trabajando Clara?
  -Unos veinte meses... Ahora señor Marvin, he de irme, es lo que tiene haberme quedado viuda; un sinfín de papeles qué tengo que arreglar. En fín...
  -Si tengo noticias nuevas le avisaré.

A Marvin le habían engañado. De la forma suficientemente inteligente para saber que estaba enfadado. Tomo un poco de su blanca cocaína, y se sentó en el metro de camino al hospital con el cubo entre sus manos y algo afectado por los efectos de esa sustancia estupefaciente. Tranquilo y despejado; estaba con el cubo y su dichosa cara azul, intentando completarla y a su vez la naranja y la blanca; Le iba mejor de lo que le iba hace unos días. La visita a Morgan fue breve; era tarde para estar en la calle con el frío habitual de Chicago, pero temprano para cenar con la señorita Francesca Tarles. Hasta las diez había tiempo de sobra para pasar un rato con Morgan y para hablar con Hollow y Sorbero; sobre, tal vez el comportamiento inapropiado de Marvin. Pero él, asintía. Y ahora sí, tenía en mente a Francesca Tarles.

Continuará...