lunes, 16 de marzo de 2015

No es un juego de niños. Capítulo 2: El juego del ahorcado.

No es un juego de niños.

Capitulo 2.     El juego del ahorcado.

  Por supuesto que iba a dar sorpresas. Jim se ofreció de buscador en el juego del escondite porque el teniente Helny mató a su hermano, y buscaba venganza. Una venganza de honor, de lealtad al apellido Boid.
Todas las pruebas que tenía que superar lo iba a hacer a sangre fría y con convicción cuando tuviese la oportunidad. Ese era su legado, quizá para eso había nacido. Esa era su misión. Lo que viniese después era cosa del destino.
  Pasaron dos días, tan sólo dos días que Jim aprovechó para saciar su estómago comiendo y para descansar durmiendo placidamente en la litera compartida que tenía con Sareh; Un niño más pequeño que él. De unos diez años, de corto pelo rojizo y con unas infantiles pecas en su gesto de niño triste. Era el elegido para ser el ahorcado junto con Jim por votación. Pero Jim otra vez se ofreció como ahorcado por esta razón; sí un aspirante a ser ahorcado acertaba la palabra oculta, se libraría de esa cruel forma de morir, entonces el ahorcado podría plantearle a los chicos una palabra y cambiaría el orden; el ahorcado sería el verdugo, y los verdugos serían los ahorcados. La causa de Jim era algo suicida, pero era su causa.

En este juego se entrenaba la inteligencia y la determinación mental. Ayudaba a desarrollar la mente para pensar de forma violenta y cultivar en los niños pensamientos violentamente desarrollados. Por otra parte ver morir a alguien ahorcado era bueno para acostumbrar la sensibilidad en cada pequeño soldado.
Jim tenía su "Waera" que significaba palabra de salvación.
La palabra que debía plantear tenía que ser dificil, pues en caso de que el ahorcado acertase la palabra que Jim dijo, el precio por perder esa prueba era la muerte. Y morir por bobo no entraba en los planes de Jim que fue para dejar buena reputación para el apellido Boid.

El pequeño Jim avanzaba vacilante y seguro como un iceberg en el hielo hacia su objetivo; que en este caso era el puesto avanzado de inteligencia y "Rosaerium" que significa Inteligencia a partir de la letra.

Inteligencia a raiz de la letra, era la segunda prueba; el juego del ahorcado. Aprender a base de violentos juegos gramaticales tales como los que se presentan en este juego hacía a los niños enrebeldecer sus pensamientos y desatar cinismo al ganar al contrario. El juego esta vez sería diferente; otras reglas pero mismo objetivo.
Las reglas ahora son diferentes; dos mesas, dos oponentes y dos hologramas ocultos y cada uno hacía un juego del ahorcado al otro... Solo puede quedar uno, si pierde uno de los dos; el collarín de fricción que ambos tienen al cuello a uno de los dos se le activará y apretará hasta morir ahorcado. Esas eran ahora las reglas.
Por ese momento en el que Jim se enteró de que cambiaron las reglas, de repente se asustó. Rogó que no le tocase Sora, la única chica como adversaria.

Jim iba al colegio y siempre se metía en líos, vacilando e imponiéndose para ser un líder en todo su colegio; Sora truncó ese sueño de Jim al sentarse a su lado en el colegio; Jim amaba a Sora en secreto y por ella dejó de ser el que era en el colegio.

Por ese mismo tiempo Jim Boid ya estaba en tercero de Militares, con tan solo 7 años ya iba a empezar su adiestramiento de la raza Sword. Que segun el líder supremo Chino es una nueva raza basada en los entrenamientos espartanos y chinos.

Han pasado unos cuatro años. Años en los que Jim apenas vio a Sora, pero no había dejado de pensar en ella ni un solo segundo desde que se separaron para tomar disciplinas distintas. La "carrera de comandancia" por parte de Sora. E "historia del arte de la guerra" por parte de Jim.
¿Quién sabe si sus destinos están cruzados? ¿Quién sabe si son fichas de dominó qué alguien maneja para que una de las dos otorgue el golpe de gracia y caiga una, o tal vez caigan las dos?
Estaban cruzados en el camino, Jim Boid y Sora Snaq'erman. Lo que falta por ver es sí Jim tendría la amarga victoria en su mano y verla morir o simplemente dejarse ganar para que ella continúe... Pero y si... ¿Ella no le recuerda? ¿O si simplemente no tiene sentimientos por Jim salvo acabar con él en caso de que se cruzen en el juego del ahorcado?
Todas esas preguntas no le dejaban a Jim hacer correctamente el Heros; una conexión cerebro/conciencia para ejercitar la mente. Contó mentalmente de 10 a 0 y lanzó un suspiro, sentado en forma de flor de loto con las muñecas sobre las rodillas, los pulgares sobre los dedos corazón y con la espalda relajada apoyada sobre nada pensaba; en las víctimas del juego anterior; el escondite... En los cinco chicos a los que tuvo que matar para pasar esa dura prueba y pensaba para sus adentros; ¿era eso todo lo que la vida le deparaba? ¿Vivir rodeado de muerte y siendo él uno de los verdugos que con "Juegos" mataba?

Preguntas en su mente, por ese extraño heros que hizo en el que no dejaba de ver huesos, músculos desmenbrados... Todos ellos en su mente aparecían en un tono gris, excepto lo que supo distinguir como un esternocleidomastoideo que aparecía brillante y a todo color... Gracias al heros supo que esa sería su palabra en el juego; la palabra "esternocleidomastoideo".

Drake; su instructor, le dijo que era muy arriesgado utilizar una palabra de vocales y consonantes muy repetidas y de tantas casillas en el panel holograma de su rival, sobre todo por que Jim quería utilizarla en todos los enfrentamientos posibles.
Jim alzó una ceja, mostrando indiferencia, casi ignorando las palabras de Drake. Salió afuera y se puso manos a la obra... El primer rival le esperaba en unos minutos en la sala Hodec; la sala del juego del ahorcado.
El Dômer; organizador, explicaba las normas del juego:
  -Comenzamos con el duelo Jim Boid contra Carmydo Aretho, esperamos un juego sin trampas, sin alianzas. Id a muerte uno por el otro en este juego de inteligencia; sin más demora que arranque el juego del ahorcado.

Jim intimidaba con su mirada, el ceño fruncido bajo un ritmo taquicárdico. Era su turno.
  -Letra A.
A su rival le apretaba un poco más el collarín; eso quería decir que si; había letra A.
  Turno de Carmydo.
  -Letra B.
  El collarín de Jim seguía igual, sin presión. Carmydo se lamentó, entre bocanadas de aire tuvo que ver cómo Jim acertaba otra vocal; la I. Su collarín se apretó un poco más, apenas dos escasos milímetros pero suficientes para que el nerviosismo de Carmydo fuese evidente.
  -Letra C.
Fue el turno de Carmydo, tuvo que ver cómo a Jim también se le apretaba el collarín por acertar la letra C, pero su gesto era implacable, seguía con su ceño fruncido y los ojos brillando con intensidad; casi reflejando su propia alma.
  -Letra X. -Dijo Jim, un poco suicida por decir esa letra poco habitual, pero por fortuna o por inteligencia acertó y mas o menos tenía un par de palabras rondando por su cabeza.
  -Letra F. -Dijo Carmydo. Para su sorpresa, no estaba, el collarín apretaba... El próximo movimiento sería crucial; si Jim conseguía decir una letra más o la palabra correcta, Carmydo, directamente moriría allí mismo ahorcado, tal como manda la tradición de ese juego.
  Jim respiró hondo, y al ver tantas casillas; mas de veinte. Sin titubear alzó la mirada y dijo:
  -Ácido desoxirribonucléico. Panel completado.

Acto seguido, Carmydo, ante la vista de Jim fue brutalmente ahogado por el collarín. Jim había ganado, su inteligencia le hizo fuerte...
Ya esperaba rival, en este caso fue el pequeño Sareh del que se deshizo con facilidad acertando su "Waera".

Uno tras otro pudo deshacerse de ellos, con dificultad y con problemas pero proclamado ganador de séis mesas, algo nunca visto por nadie... En la séptima mesa esperaba Sora; que por su indiferencia no debía recordar a Jim...
Éste negó enfrentarse a ella. Algo que no contentó al teniente Helny... Pero aún así Jim Boid se salió con la suya, de hecho jim y Sora iban a ser del mismo equipo en el próximo juego; el juego del pillar.

Dar la talla y superar a todos los Boid ya era algo que Jim ya había hecho... Pero su apellido, su sangre, el hecho de pronunciar Boid... Iba a hacer de eso una leyenda, siempre y cuando Sora, estuviese a su lado.

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