Despertaron casi destapados. No era para menos, la noche anterior apartaron las sábanas y las mantas ya que sobraban por el calor que desprendían sus cuerpos; húmedos y níveos.
Ella mandó sus gafas al suelo, junto con su ropa interior.
Esas gafas que la hacían tan interesante y tan sexy.
Él dejó su corbata y lacado pelo peinado hacia atrás totalmente alborotado al despertar. Buscó su corbata y mirando al techo, milagrosamente la encontró en el ventilador.
Llevaban juntos algo más de un mes, pero ya se compenetraban como si fueran uno.
Se ducharon juntos después de un fuerte desayuno.
Tostadas con mermelada de arándanos, zumos de naranja exprimidos por él, y un donut para cada uno durante el trayecto al trabajo.
Él iría a su buffete, a estudiar un nuevo caso entrando en su despacho con la placa "Abogado Andrew" en la puerta... Se sentó... Recordando sus manos; acariciándole. Recordando susurrar su nombre; todas las veces que la llamó; "Karen, Karen. Te quiero Karen" recordando otras noches en las que se veían furtivamente y escondidos... Como si fuera algo malo mientras veía esos intensos ojos azules y esa elegante trenza de espiga cayendo por su espalda mientras se miraban con complicidad.
Ella le recordaría a él... Desde otro despacho, otro edificio, pero el mismo oficio.
Quedaron en verse esa misma noche. Ella y él iban a dar un paso adelante más. Ella iba a presentarle a su familia; sus padres y su hermana.
La hermana llegó tarde... Su madre, satisfecha. Dio el okay a su extasiada hija; contenta de tener a ese varonil y elegante hombre como pareja.
La puerta sonó... Una, dos... Hasta tres veces y al final el timbre.
La sirvienta abrió y su hermana avanzó hasta el salón, donde tomaban café.
Ella se levantó para presentarle a su hermana que entró en el salón a conocer a su futuro cuñado.
Se levantó, y le dijo:
"Mira Karen, este es mi novio"
Karen y Andrew se miraron... Él miró sus intensos ojos azules y ladeó la cabeza viendo que la trenza de espiga seguía en su lugar después de tres días...
Fue de nuevo cuando recordó todas las veces que la llamó; "Karen, Karen. Te quiero Karen" recordando otras noches en las que se veían furtivamente y escondidos... Como si fuera algo malo mientras veía de nuevo esos intensos ojos azules y esa elegante trenza de espiga cayendo por su espalda.
-Encantada andrew -dijo ella recordando esas fogosas noches- yo soy Karen.
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