sábado, 8 de noviembre de 2014

La importancia de las tildes.

Resulta que una vez, ocurrió un caso un tanto impredecible debido a un error ortográfico.
¿Qué importancia puede tener un error en la escritura en la vida real? Fué un error un tanto extraño.
Un hombre, solía llamar a su hija por los siguientes modos; mi princesita, mi niña, bebé, preciosa... etc.
Ella se sentía protegida por su padre, sus padres estaban separados y la madre tenía la custodia pero en cuanto a consejo y protección, siempre acudía a su padre.
Despues de dos días con su padre se tuvo que marchar con su madre y esa misma noche de sábado tenía una fiesta de cumpleaños de su amiga Natalia. Por consiguiente pidió consejo a su padre, ella era una joven como pocas hay hoy en día. Era decente, no bebía, no fumaba y no usaba vestidos que enseñan hasta el pensamiento ni escotes extravagantes, de echo se plantó en la fiesta en vaqueros, converse all star en los pies y una sudadera del starbucks seguido de un leve y bonito maquillaje.
Ella no quería que la pretendiesen otros chicos, de echo era algo tímida y simplemente fué por que era muy amiga. Estaba en el cuarto de baño con Natalia para que esta se retocase el peinado y no paraba de tentar a la inocente Clara diciéndole: "tía Sebastián está como un quesito y no deja de mirarte, ¡tíratelo tía!, es que tienes casi diecisiete años y eres virgen aún, bebe un poco, fumate algo y ¡vé a por el que no para de mirarte!
Clara que iva pasandole el pintalabios y el rimmel ignoraba todo lo que ella le decía.
Clara salió afuera para decirle a su padre por Whatsapp que estaba en una fiesta y que a las doce estaría en casa, el padre que siempre había sido culto y de un enriquecido amplio abanico de vocabulario era poco casual que cometiera errores en su escritura. Cometió un error que salió carísimo, el padre de Clara le dijo en Whatsapp: "Vale cariño, pasalo bien, bebe"
Ella miró el teléfono y leyó "bebe" en lugar de "bebé" iva a responderle pero se apagó, así que ella, pensando que quizás tenía el permiso para beber un poco, hizo caso omiso y se sintió mayor por un momento pero con la urgente precaución de saber que no debía excederse. Fijaos como una simple tilde puede corromper algo tan santo como la conciencia y el pensamiento.
Se acercó a natalia y entre el bullicio de la gente le dijo al oído: "mi padre me ha dejado beber", Natalia subiendo los pulgares le dijo: "pues ve a que te pongan algo, algo cargadito eh".
Clara se giró e hizo una mueca de negación en su cara, fué a por un malibú con piña y Natalia dijó: "wo wo wo ¿qué eres una cría o qué? Jose, ponle un Beffeater con fanta de limón".
Clara replicó: "tía que eso es mucha tela".
Natalia tentando dijo: "entonces qué, ¿bebida de cría, o bebida de tía?".
Clara mirando al vaso de Beffeater y el gas de la fanta moviendose entre los dos cubitos de hielo dijo: "no soy una cría". Y declinó el vaso de Malibú escogiendo el de Beffeater.
Pasaron los minutos y los cuartos de hora y Clara, que sabía que no debía beber mas se sentía mas atraída por ese amargo pero delicioso brebaje y decidió, muy a su pesar tomar otro, pensando que no iba a hacerle mal.
Ese vaso continuó de otro, y justo cuando iva a dejar de beber fué invitada a un chupito de absenta por Sebastián, que ademas había echado un tripi molido en su interior.
Al cabo de media hora la inocente Clara se había transformado en una persona perversa y pervertida y sin control alguno, su mente turbada por el alcohol y por esa sustancia que sin saberlo había consumido eran factores mas que favorables para que sebastián actuase de forma traicionera como actúa un ave de carroña cuando vé que muere algún animal a su paso.
Clara incoscientemente se acostó con el y había pasado de despertarse virgen esa mañana, a despertarse con una vida en su interior a la mañana siguiente.
moraleja: no os comais las tildes nunca.

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