Las noches de Chicago, parte 2 de 7.
Sino leiste la primera parte deberías hacerlo, es breve y comprenderás esta parte mejor. Aquí te dejo el enlace para la primera parte: http://historiasficticiasjamascontadas.blogspot.com/2014/12/las-noches-de-chicago-parte-i-de-vii.html
Una vez leas este puedes leer el segundo :)
Parte II: "Ése maldito médico".
Pasaba la noche. Y la madrugada estaba ahí, como las flores estaban en la primavera. Daniel no se movía de la cama, casi ni respiraba, seguía desmayado después de decir que no recordaba nada.
Su ataque de tos me despertó. Tosía sangre y tenía la cara empapada en sudor.
Le subí en mi coche. Se quedó mirándome. "Adónde vamos", dijo con la voz quebrada por la tos.
Le llevé al médico. No esos médicos legales ni licenciados. Era un médico de la mafia. Que a pesar de trabajar para la familia Varekai -otra familia. Rivales de la Familia Varei.- era mi amigo. Ése médico se llamaba Jake Burton, su relación con la mafia era puramente ilegal. Al no estar licenciado en medicina no podía ejercer de médico en ningún lado. Por eso es el médico de la familia varekai. Para sacar una bala o curar enfermedades como resfriados o dolores de cabeza no hacía falta estar titulado. O eso decía él.
Daniel Jacobs se tumbó sobre la mesa inconsciente, ajeno a todo lo que le esperaba. Burton no es que fuese de exquisitos métodos. Si tenía que dolerte, te iba a doler. Un rato después Daniel ya estaba atormentado de dolor.
-No se queje Sr. Jacobs, no sea nenaza. -Dijo Burton enfadado.
-¡Pare! -Daniel gritaba de dolor.- ¡demonios pare! maldito matasanos
-¡Oh! Aquí está la bala -Dijo Burton con la bala en la enguantada mano llena de sangre.- es preciosa, como algo tan pequeño puede ser tan perfectamente letal ¿no cree? -Burton sonó realmente sádico y serio.
-no sé que es más letal, si la bala o sus métodos Dr. Burton
-Ya está usted vendado. -Burton se giró hacia mí para hablarme.- Ahora no te debo nada Tommy, ni a tí ni a esta sanguijuela, iros a la mierda.
Yo intervine pues aun necesitaba ayuda de Burton, no iba a marcharme aunque lo pidiera de forma tan déspota.
-¡woooouh! Para el carro, necesito algo mas de tí, por los viejos tiempos Burton, eh ¿que me dices?
-¿Qué mierdas quieres ahora Tommy? -Me miró con gesto serio mientras se quitaba la bata blanca encharcada en un fuerte tono rojo. Casi parecía que había venido del matadero.
-Necesito la dirección de Voga Varekai
-¿Voga? -me preguntó alzando sus ojos mas allá de las gafas.- ¿De veras crées que voy a decirte dónde vive Voga?
-No te pido que me digas su casa exactamente, pero me vendría bien saber en la vecindad que vive
-¿Y para qué? -Me preguntó mientras se quitabas los guantes de látex.
-Eso, Burton... -Hice una pausa, tantee el terreno y sentencié de la mejor forma, era largo de explicar.- No es asunto tuyo
-Tienes pelotas Tommy... Me pides pan y no me dices para que lo quieres
-No te pido pan, te estoy pidiendo una maldita dirección. Además es una comparación absurda; sabes que el pan es para comerlo.
-Mira, cállate... -Entonces hizo una pausa ante mi mirada de cordero degollado.- ni siquiera vive en Chicago, vive en Pennsylvania. Se mudará en breve a Queens, en Nueva York, si te sirve de algo
-no, -dí una palmada para enfatizar el "no".- sólo me vale su antigua y su nueva dirección
-Maldita sea Tommy...
-¿Qué? Tranquilizate vale, no pasará nada, no es el fin del mundo. Se que le sacaste un par de balas. Le conoces, te conoce, no estás haciendo nada malo. -Le tranquilizé, todo iba sobre ruedas hasta que Daniel abrió el pico. Se abrochó los botones de su camiseta y comenzó a hablar con la voz ya recuperada y sin sensación de fatiga
-Yo... Soy policía. Puedo ayudarte a encontrar a quién sea. Ése tal Voga Varekai me suena.
Entonces cuando todo iba bien, Burton de nuevo se puso terriblemente nervioso
-Maldita sea Tommy, ¿has traido a un puto madero a mi maldita casa?
-Daniel... -Dirigí mi vista hacia él mientras llovían insultos por parte de Burton.- Te importaría esperar fuera, he de hablar con Burton a Solas
-Estaré fuera. Luego iré a casa a ver a mi mujer y a mi hija, estarán preocupadas. Dijo Daniel... Debido a la amnesia cree que su familia sigue viva.
Daniel salió y esperó en el pasillo. Mientras, Burton y yo hablabamos, Burton estaba de los nervios.
-Burton tranquilízate...
-Pero ¿cómo demonios quiere qué me tranquilize?
-No es poli, ¿tranquilo? Ya vale ¿no?
-¿No es poli? -Burton cambió el tono y la actitud.- ¿Seguro?
-Cree que lo es... -Me senté en una silla de madera con las piernas sobre una mesa y los brazos cruzados.- Tiene amnesia. Era poli, mataron a su mujer y a su pequeña. Daniel se tomó la venganza por su mano, dejando a un lado la placa y el uniforme de poli...
-¿crées que fue voga? -Dijo Burton ofreciéndome un cigarrillo que rechazé.
-No, mató al asesino en su casa, en casa del asesino claro, lo hizo sin consentimiento del departamento de policía. Le expulsaron del cuerpo de policía de Chicago.
-Entonces, ¿a qué viene lo de Voga?
Me levanté y comenzé a andar en circulos explicándole a Burton cómo estaban las cosas.
-tengo contactos. Fuentes más cercanas me han dicho que Voga ordenó el ataque. Al parecer Jacobs le daba donde más le duele a un mafioso; en el bolsillo, al parecer Voga quería ser mano de derecha de Al Capone, y Zhirzheki Varei le quitó el puesto. Se enfadó con Jacobs y mató a su mujer y a su pequeña, mediante un asesino a sueldo. El asesino era torpe y dejo demasiadas pistas para lo listo que es... Era Daniel. Éste le siguió el rastro y lo mató. Sin saber que ése asesino era una pieza de ajedrez movida por un jugador; el verdadero cerebro; Voga.
-Y ¿qué gano yo con darte su antigua dirección?
-tú... Nada. Yo salir de dudas. Y si ya me facilitases su dirección en Queens...
-Si te lo cargas... Al menos ganaré el placer de verle muerto... Apunta; quiero ver a ese rata de Voga, muerto. New Vall, 843; esa es la antigua. La moderna es; Cortesy Avenue 629. ¿Qué harás con el ex-poli?
-Supongo que explicárselo todo... Poco a poco, tengo tres opciones; me mata, se descojona en mis narices, o lo acepta. Y creo que la última es la menos probable.
-Suerte, maldito Inglés.
-Suerte, maldito Irlandés.
Salí afuera donde esperaba Daniel, se impacientaba y quería ir a ver a su familia... Le rogué que subiera al coche y que fuésemos a casa, a mi casa. Una vez allí, la noche iba ser larga; tocaba explicarle que era un ex-convicto, ex-policía, viudo y padre de una hija asesinada, sin familia y muchas cosas por investigar. Menuda noche me espera.