miércoles, 17 de diciembre de 2014

dieciseis, mi número favorito.

-Bien Sr. Kaffa su currículum es impresionante que duda cabe pero.... entrar en esta empresa no es tan facil, como bien sabe hay otros tres candidatos que tienen unos currículos similares, incluso puedo decir, si me permite, mejores que el suyo, todos tienen un pasado rico, como usted, y todos tienen historias aburridas que cuentan para intentar sorprenderme, permitame prejuzgarle Sr...
-Kaffa, me llamo Kaffa. Y se equivoca, no tengo un pasado de riqueza, bajo este caro traje que ahora llevo tengo una historia diferente a los demas, usted me ha prejuzgado, mi historia... creo que le gustará
-bien, cuando quiera Sr Kaffa, sorpréndame, y el puesto será suyo
-¿cual es su número de la suerte? ¿Cual es su número favorito?
-diría que el siete. Si, el siete.
-¿por qué?
-porque es el día que contraje matrimonio y el día que empecé a dirigir esta empresa
-mi número de la suerte es el dieciseis, le contaré esta historia como si fuese presenta y pasado, no me gusta hablar solo del pasado.
El número dieciseis quizás es el qué mas ha marcado mi vida, casi por casualidad ese número ha estado presente a lo largo de mi vida, e incoscientemente se ha convertido en mi número favorito.
Nací un día dieciseis, en Costa De Marfil. abrir un grifo y tener agua limpia y corriente en el acto, es quizás el gesto que más agradezco de todos. Tengo una fuente de agua cerca de donde trabajo y siempre que puedo acudo a ella a refrescarme y a beber, es una verdadera gloria. La gente de por aquí no sabe apreciar lo importante que es abrir un grifo que eche en abundancia agua cristalina y sin impurezas...
Allá de donde vengo, el agua no es que fuese abundante, me alegra tener agua en abundancia cerca. Me alegra, me alegra pero a la vez me parece frustrante, veo el problema de derroche de agua, por todos lados veo como tiran botellas medio llenas que yo me permito recoger, veo como lavan coches con agua y dejan abierto el grifo o cómo riegan campos de cesped y jardines malgastando el agua. Llámeme obsesivo o loco pero veo muy mal ese gesto por parte de la gente.
Donde me crié las cosas estaban mal, y siguen estándolo. No como lo dicen por la tele, es mucho peor; malaria, ébola, escasez de alimentos y de agua. Hay que andar varios kilómetros para coger un cubo de agua que está mas sucia que nuestros propios excrementos, yo iba cada tres días desde Malid a Boha-Da a por agua, mas o menos unos ocho kilómetros de ida, total, son dieciseis kilómetros. Comía cuando había comida, por eso cuando llegué aquí y veía que todos comían sin parar y varias veces al día, no pude evitar el ahorrarme la impresión y echarme a llorar, aquí comen por placer, no por necesidad.
El caso es que desembarqué de tarifa en la patera en la que con mucho frío cruzamos el charco, con dos muertos por el camino que tiraron al agua con dos monedas en sus ojos y con cánticos para velar por ellos, con mucho llanto y mucha hambre sólo nos daba alegría e ilusión saber que algunos podríamos empezar una nueva vida.
Nos instalamos en Sevilla, en un piso ocupado por tres familias. Ese piso, el piso patera, éramos dieciseis personas viviendo en un mismo piso, dieciseis bocas y tan solo dos personas trabajando. Yo también trabajaba, pero Malik decía que vender pañuelos no era un trabajo, me miraba con desprecio y me insultaba a cada rato.
Salía cada mañana por la puerta, e iba a mi trabajo. A vender pañuelos en los semáforos, en Sevilla. Una ciudad que ahora entiendo por qué hablan así de ella. Antonio Gala no se equivocaba cuando decía qué "lo malo no es que los Sevillanos crean que tienen la mejor ciudad del mundo, lo peor es que puede que tengan razón" esa frase podía parecer exagerada, pero para mí, estar ahí, en esa ciudad que desprendía dorados rayos de sol que se estrellaban en palacios y edificios dibujando fuertes destellos de luz y preciosos reflejos en árboles. El estrés del gentío, los autobuses y los coches con su ruido y el humo de las fábricas, vuelven un poco fea a esta ciudad que tanto me enamora. Pero eso lo tienen todas las grandes ciudades del mundo.  Pero ese casco antiguo mezclado con la vanguardia y la perfección del núcleo urbano pocas ciudades pueden imitarlo. Donde yo trabajo, en la avenida de las palmeras ofrecía pañuelos, a un euro el paquete de diez pañuelos. Así comenzaba la mañana, y así la acababa al atardecer. Yendo a refrescarme a esa fuente cada dos por tres y con algunos euros en mi bolsillo, no sabía relacionar el valor del dinero con el gasto que podía tener diariamente, pero para mí, vender los dieciseis paquetes de pañuelitos, eran dieciseis euros diarios. Para mí era todo un logro, euro arriba euro abajo. Pero casi todas las veces eran dieciseis
-ya veo que el número dieciseis era una marca en usted
-lo era y lo es Sr. Mercury.
Llegaba el día siguiente. Malik y Doba, han cobrado y resfriegan su sueldo a los demas, Malik se me acerca y me dice "cuando ganes esta pasta en tan poco tiempo serás amado Kaffa, pero hasta entonces, sigue con tus ridículos pañuelos" él y Doba... digamos que ganaban el dinero de forma no muy honrada, hasta que acabaron en la cárcel dejando al piso quebrado en dos, con las familias rotas, sin ningun tipo de sustento ni ayuda económica. A pesar de esa situación tan ruinosa Tara-qué era prima de Malik y era mi pareja en secreto- y yo, pudimos seguir hacia delante, y nos mudamos a un pequeño piso; sucio y desamueblado, cutre, apestoso y con la pintura levantada, escombros por el suelo, varias goteras, puntales en la cocina y sin luz. A pesar de eso, ella sonreía.
Pasaron unos meses. Y un día en una de esas mañanas en las que iba a vender pañuelos para qué al menos ella comiese, la mañana no iba muy bien, estaba lloviendo y hacía frío, después dicen que en Sevilla no hace frío, yo estaba tiritando, probablemente por que provengo de un lugar muy cálido. La cosa es que la suerte esa mañana no me sonreía, un taxi que por allí pasaba tenía mal cerrado el maletero y de este, calló un maletín, para cuando el taxista se diese cuenta, ya estaría lejos, por cierto le digo tambien que ese taxista era el joven Ricardo, ese joven que fue acusado de asesinato hace unos años con una navaja, pero que al final no fue el asesino. Bueno, continúo, corrí hacia ese maletín típico de empresario, forrado de cuero negro, y la curiosidad me carcomía. No sabía si abrirla o si no. Así que decidí abrirla.
Para mi sorpresa, en lugar de tener papeles o informes estaba llena de billetes de cincuenta euros y de cien, para ser exactos había dieciseis mil euros, lo sé por que encima de los fajos de billetes había un papel que ponía la cantidad exacta que contenía. Ya era tarde, llovía y hacía frío, yo estaba mas cerca de casa que de un cuartel para devolver la maleta, así que la lleve a casa y ante la mirada curiosa de Tara la deje encima de una vieja mesa de madera, le expliqué todo. Ella intentó convencerme para qué nos la quedásemos. Pero aunque fuese pobre, prefiero ser pobre con una conciencia limpia, a ser medianamente afortunado con una conciencia sucia.
Me llevé la sorpresa, ella entre lágrimas me dijo que estaba embarazada, de repente todo me cambió, mi mundo se desmoronó y me dió vueltas la cabeza... iba a ser padre, pero ¿traer una criatura a esta mierda de mundo? Fue lo primero que pensé. De repente repuse mis ideas, aclaré la mente y lo más sensato era devolver el dinero, a pesar de la terrible necesidad que pasabamos, y qué de ahora en adelante, íbamos a seguir pasando.
Llegó el día siguiente. Y me levanté mas temprano de lo normal. Ese colchón incómodo y el frío eran factores más que suficientes para no tener un buen descanso.
Salí de casa abrigado, lo suficiente para la poca ropa que tenía. Recuerdo que cuando bajé de la patera no llevaba más que una rota camisa marrón y unos vaqueros rotos a la altura de las espinillas, casi unos piratas. Por cierto, era un día dieciseis.
Cómo le decía, salí abrigado, y fui andando hasta un cuartel de guardia civil con la maleta pegada el pecho entre mis brazos.
Una vez dentro dije que quería dársela a su dueño personalmente, así que esperé a que viniese.
El dueño me miró y me dijo:
    "¿ha sido usted quien lo
      encontró?"
A lo que afirmando con la cabeza me limité a decir que sí, ahorrándome las palabras. En esa época no se me daba bien el Español.
    "Venga conmigo" me dijo. Ese hombre quiso darme una pequeña recompensa por haberle entregado el maletín con el dinero intacto. No pude aceptarlo, eran mil euros que de seguro nos habrían venido muy bien, pero preferí lanzarme al vacío y lanzar una pregunta
     "Si usted es el dueño de ese
       dinero... ¿podría darme un
       trabajo?"

"¿Qué sabes hacer?" me dijo el hombre, que mas tarde se presentaría como Leonard hernández. Un nombre y apellido que juntos hacían dieciseis letras no podía ser casualidad.
Le dije que yo vendía pañuelos. Él, se limitó a sonreir amablemente y me dijo: "buscaré un hueco... seguro que hay algo que puedas hacer".

En efecto me buscó ese hueco, pasaron unas semanas y yo seguía limpiando cuartos de baño y cristales gracias a Leonard. No era gran cosa, pero setecientos noventa euros mensuales para mí era una cantidad asombrosa.
Pasaron las semanas, y ya eran dieciseis las semanas, las semanas de embarazo de Tara, ya eran cuatro meses de embarazo. Yo seguía trabajando y subiendo poco a poco. Ahora en esa empresa del Sr. Leonard soy el jefe de planta de todos los limpiadores. Todos están a mis órdenes... qué extraño ¿no cree? De la nada a estar así... y de estar así a estar ahora delante de usted... prosigo con la historia.
El Sr. Leonard me presenta a su superior. Y éste inmediatamente me hace jefe del departamento de limpieza de todo del edificio, con un salario por encima de los mil euros... eso ya nos motivó, a tara y a mí, a cambiar de casa, y buscar un hogar más acogedor y con luz. Me hicieron el primer ingreso, mil doscientos dieciseis euros. No podía ni creerlo, debía ser un sueño. Ese dinero, en una cuenta y que cada mes iba a seguir en aumento. Si mi familia pudiese verlo.
Pasa un tiempo, y de ese dinero decido tomar una parte para estudiar y sacarme una carrera, y detras de esta carrera otra. Autónomo y empresas, y economía. Me muevo bien por estos sitios. Ahora todos conocen mi pequeña empresa; "dieciseis lab. S.A." qué como bien sabe usted, es una empresa que fabrica productos de limpieza. Se puede decir que a día de hoy sí, soy medianamente rico. Y sí, tengo una empresa. Pero no siempre fue así, y entrar en esta empresa es lo que más deseo en el mundo señor. He trabajado mucho para estar aquí; fundé mi empresa, traje a mi familia de Costa De Marfil... bueno, muchas otras cosas más. Pero esto, es por lo que he estado luchando siempre, un puesto en esta inestimable empresa
-creo que... sí, el puesto es suyo, Sr. Kaffa, no había oido nunca historia similar a la suya. Es realmente increible
-muchas gracias señor, no le defraudaré
-sé qué no lo harás hijo, sé qué no lo harás, y ahora dígame, ¿que hora es?
-las siete y dieciseis
-vaya... su número y el mío juntos, quizá estaba predestinado
-tal vez Sr. Mercury. hoy es el cumpleaños de mi hijo sabe, le dije que como sorpresa y regalo le traería la firma del contrato con esta empresa
-ah sí, su hijo, ¿qué edad tiene?
-le resultará curioso, mañana, día dieciseis, cumplirá dieciseis. Y se llama phi, como la letra número dieciseis del alfabeto griego
-demasiadas casualidades Sr. Kaffa ¿no cree? Firmemos el contrato y lleveselo orgulloso a su hijo como regalo. Estará orgulloso de su padre.

lunes, 15 de diciembre de 2014

El príncipe de las paradojas.

Una vez alguien me dijo que para entender la vida, primero debía leer el pequeño libro, y luego el gran libro, me dijo eso mientras secaba mis lágrimas con un pañuelo entre sus dedos pulgar e índice, ese alguien, fue Salvador. Ese consejo, a mi temprana edad me pareció algo extraño. Un consejo vanal y de poca utilidad. Luego, a medida que iba creciendo entendía un poco esa paradoja. Me llamo Idrís, y soy musulmán, lloraba porque mi padre me había castigado. Mi padre, cuando yo era solo un crío me ponía a leer durante largas horas el corán, el libro sagrado del Islám. Mi hermana que pasaba un poco de la religión de mis antepasados, dejó de ponerse el velo y comenzó a juntarse con jovenes de la localidad y a traer a casa a sus "amigos".
Pasaron algunas semanas y un amigo de mi hermana Dalila, que se llamaba Salvador, el que antes mencioné, me vió leer el Corán. Se acercó a mí y me dijo: "¿lees el corán por voluntad propia?".
A lo que le respondí sin levantar la vista del corán: "No, mi padre practicamente me obliga". Entonces fue cuando me dijo que primero debía leer pequeño libro para a medida que fuese creciendo leer el gran libro. A lo primero no lo entendí.
Sentados en la mesa a la hora de cenar se escuchaba la tele, cogí el mando y la apagué. Se quedaron mirándome y mi padre dijo: "¿qué? ¿Por que has quitado la tele?".
"No crees que debería empezar por leer primero el pequeño libro" dije yo. Se hizo una pausa en la mesa y mi padre dijo: "¿qué pequeño libro?", me dijo con la cuchara en la mano.
"No lo sé, me lo ha dicho Salvador" respondí yo con mis ojos fijos en la sopa.
"Es una tontería, Idrís, ¿por que te ha dicho eso?" Dijo bebiendo un trago de agua.
"Por que me vió leer el Corán sentando en la escalera, que no es un libro precisamente pequeño".
Se hizo una pausa permanente, y mi padre, casi ignorándome, seguía cenando, tomó el mando de la tele y la encendió.
Me ignoró como quien ignora a un perro en la calle, mi relación con mi padre no era exactamente buena.
Yo me tumbaba cada noche en mi cama rezando a Alá durante un largo rato, veía que no escuchaba mis oraciones, y el ejemplo de mi hermana me llamaba la atención, como los peces al ver un gusano atravesado en un anzuelo. muerden sin saber que eso es peligroso para ellos.
Acudía a la mezquita, y ese mismo año, exactamente en un mes, mi familia -menos mi hermana- iríamos a la Meca, a la peregrinación por primera vez para mí y mi padre y la segunda de mi madre. A pesar de qué estaba contento y tenía amigos en mi lugar de culto a Alá, si mi hermana no iba, yo tampoco quería ir, ni a la mezquita, ni a la Meca.
Mi padre, que es un hombre severo y de conciencia cerrada, de pensamientos retrógrados, enseguida culpó a Salvador de estar corrompiendo a mi familia. A lo que este alegó, que todo lo que decía eran unas simples paradojas que cada uno interpretaba de diferente manera. Cosa que mi padre no entendió y se metió en casa enfadado, refunfuñando y diciendo tacos entre dientes y cerrando la puerta tras de sí.
Salvador creía en la ciencia y en la medicina, dice que la ciencia ha descubierto más avances en cuanto a información y la medicina en cuanto a curas y fármacos para darnos mas salud y mas vida. <<la ciencia y la medicina han hecho mas en 100 años que la religión en milenios>>
Dice que su fe no cabe en un libro y por nada en el mundo cambia esos ideales.
Yo soy un lienzo en blanco que Salvador pinta. Salvador ya no está con mi hermana, pero son amigos. A pesar de que sólo tengo doce años y de que Salvador me dobla la edad, quedamos muchas tardes para hablar y a cada palabra que brota de sus labios, describe una paradoja casi nacida de la nada. Habla de religión, de ética, de moral, de vida, de muerte, de lo qué es y de lo qué no es correcto según sus ojos.
Sus paradojas me han cambiado y se han hecho una plasmada realidad. Cada Sábado, antes de despedirme de él por la noche, me deja un libro, un libro pequeño lleno de historias y paradojas de lo más bonitas. Está el de un pirata que quería encontrar tesoros, el pirata se llama Capitán Bin y con su barco "Ojos de Angel" y su tripulación, saquean y beben Ron celebrando ser piratas.
¿La paradoja? Ahora mismo soy un crío y me limito a entretenerme leyendo, no busco las paradojas de una historia tan simple, pero Salvador me las explica; la paradoja de esa historia era no dejar jamás de luchar por lo que uno quiere, el agua del mar, en la historia simplificaba la pureza. Y el ron; la mancha, la corrupción.
 Salva cada noche dejaba una nota en el libro explicando las paradojas y poniendome una cuestión: ¿qué camino eligiría en mi vida? ¿La pureza de esas magestuosas aguas, ganandome la vida honradamente luchando por lo qué quiero? ¿o por el contrario eligiría una vida corrupta y manchada optando por el ron en la historia? Yo siempre respondía que quería la vida ejemplar y honrada, por lo que de inmediato entendí que no podía ser político ni abogado ni juez.
Como decía, la relación con mi padre no había sido gran cosa hasta el momento, y no tenía pinta de mejorar. Llegué a casa después de la escuela y él, enfadado con el mundo, y casi sin motivo, me castigó sin poder leer los pequeños libros que me dejaba Salvador, yo siempre había obedecido, hasta ahora. Salvador me había cambiado y yo desobedecí a mi padre, de modo que cuando él escondió los libros, yo procedí a buscarlos y a leerlos, la influencia que ejercía Salvador sobre mí era una maravillosa pieza de dominó, derribando conciencias y derribando los muros de una forma autómata de pensar. Ahora era totalmente libre en cuanto a pensar se refería.
Entré una tarde en su casa y vi en una estanteria de mármol un libro muy grande. "Cuando leas el pequeño libro, pasarás a leer este, cuando entiendas la vida un poco, podrás leerlo"
Así Salva encaminaba mi vida, yo leo esos cuentos que además, están escritos por él. Puede parecer una tontería, pero antes no entendía nada del Corán, solo me ponía a leer sobre Alá y sus leyes divinas y sobre aquella vez que Mahoma fué a la montaña... o no recuerdo como fué. Antes no podía entender nada de lo que leía, pero gracias a las metáforas y paradojas en los cuentos de Salva, ahora entiendo mucho mas -no solo la lectura- sino la vida.
Hablábamos cada día. De la vida; del bién y del mal; de la sabiduría y el conocimiento. Yo estaba convencido de que eran lo mismo. Siempre guiado por las ideas de mi padre que me hizo ver que la sabiduría y el conocimiento eran lo mismo.
-Sabiduria y conocimiento son diferentes.-dijo Salvador- no llamamos sabio a un ordenador por almacenar muchos datos. Con todo y eso, ambas cualidades están relacionadas. pero son diferentes.>>
 Cada palabra que emanaba de sus labios me acercaba mas a la perfección para entender la vida. Quería vivir con esa clase de ideales en mí. Sabiéndolo todo y a la vez no creyendo saber nada. Ser como un gran nadador que nada lentamente para disfrutar de un buen chapuzón.

Llegaba una serena tarde de miércoles, de esas tardes que la desgana y la falta de afán ocupan la mayor parte del tiempo y el tic tac del reloj es el único sonido que quiebra el silencio. Una tarde de lectura en mi cuarto leyendo sobre un hombre que trabajaba mucho y otro que no hacía nada, que estaba todo el tiempo tumbado en el sofá. Como lo estaba yo en ese momento. Y una cuestión en forma de paradoja al final del libro, como en cada libro que leía escrito por Salvador.
"Inteligente y Listo". Esas dos palabras aparecían en el final como paradojas.
<<no lo entiendo, Salvador>> le dije cuando le vi.
"¿Qué no entiendes?" Me dijo él.
Le expliqué que no veía la paradoja ni la metáfora en las palabras; inteligente y listo. Él sonrió y comenzó a explicarme la diferencia y el parecido, logrando así una paradoja:
Inteligencia; paradogicamente hablando la persona inteligente, es sabia, pero no es lista. el inteligente es sabio y mañoso. Al saber hacer muchas cosas debido a su inteligencia, es esclavo del trabajo, de su inteligencia. Trabaja en más de una cosa debido a que es mañoso e inteligente, se consume en su trabajo. Por lo tanto es inteligente; pero no es listo. Esa es la diferencia y a la vez el parecido.
La persona lista, tal vez no sea inteligente. O tal vez si, pero prefiere callarse todo lo que sabe hacer y estar tumbado en el sofá. No es pereza. No es una persona vaga. Es una persona lista pues prefiere callarse lo que sabe y disfrutar de una vida tranquila haciendo solo un trabajo y no varios; como las personas inteligentes, que eran esclavas de su trabajo. He aquí la diferencia y el parecido de Inteligente y listo.

Salvador era una persona tan lista. No inteligente (o al menos que yo sepa) que todo lo que decía, para mí era perfectamente real. Aunque dijese que las cebras son negras con rayas blancas, yo, sería capaz de creerle. Pues la credibilidad con la que se expresaba, moviendo sus manos y ejerciendo influencias, era perfectamente influyente en mí.
Un día llegó a casa, (ya teniendo una relación pasable con mi padre) y saludó a todos brevemente mientras estábamos reunidos a la mesa comiendo. Yo me permitía el lujo de comer jamón sin que mi padre me castigase. Le dije que no quería seguir siendo musulmán. Y esto se debe a que una tarde, Salvador me dejó un libro de un niño que era católico y veía mucha falsedad en su religión, y que decidió prender fuego a la iglesia donde acudía con el padre Sánchez dentro. ¿por qué lo hizo? Digamos que al padre Sánchez le gustaban demasiado los niños. Esa paradoja si la entendí. El fuego, padarogicamente significaba la libertad, y la iglesia, o lugar de culto, era una cárcel. De modo que tenía que pensar que era fuego, libre como una llamarada, como una llama empujada y decorada por el aire que buscaba su libertad y se alejaba de esa cárcel que la impedía pensar por si misma, yo era la llama.
Salvador me explicó que si a un niño, desde pequeño le enseñas y le metes en la mente que... por ejemplo una maceta es tu dios y haces hincapié en recordárselo cada día, el niño, acabará adorando a esa maceta. De la misma forma pude entender lo que quería decirme. Que tenía que buscar mi camino y no dejarme guiar por nada ni nadie. Dejé la religión pero pude llegar a ser mejor persona. Pues la enseñanza moral a la que Salvador me exponía era maravillosamente buena.
Un día le dispararon en el torax... fuí a verlo al hospital, estaba muy grave. Apenas podía hablar y había perdido mucha sangre... después de todo no era más que un humano, a pesar de ser una gran persona. A pesar de ser el príncipe de las paradojas. Yo lloraba sentado a su lado en la cama del hospital. Salvador me confesó que el niño que prendió fuego a la iglesia, había sido él cuando no era más que un crío. Me dió el gran libro que traía en la mochila de cuero marrón que estaba en la silla a su diestra de la camilla... y decidí guardarlo para leerlo mas tarde.
No supe por qué le dispararon, a mi entender él no tenía enemigos ni contrarios. Pasó esa noche en la cama del hospital y murió a la mañana siguiente... lloré como nunca antes lo había hecho le enterraron y a pesar de que ya no era musulmán, recé por él a Alá, pidiendo que lo tuviese en su gloria, y que allá donde vaya, sea una gran influencia para otros, en un cielo, o paraíso, o limbo. Ya era hora de leer el gran libro, se puede decir que ya entiendo la vida lo suficiente gracias a Salvador.
vaya donde vaya, él seguirá siendo el príncipe de las paradojas. Ha pasado un mes. Comienzo a leer el gran libro, con mi padre escuchando las historias del príncipe de las paradojas, nuestra relación ahora es realmente genial.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Las noches de Chicago. Parte I de VII

Las noches de Chicago, parte 1 de 7.

Parte I: "No recuerdo nada".

Eran casi las diez de la noche, lo recuerdo como si fuese ayer. Me llamo Tommy, y os contaré esta historia.

Corría el 1923, una de esas frías mañanas de Noviembre en Chicago. Recuerdo a ese tipo, Daniel Jacobs, vino a mi local. Un club de striptease con un ambiente cargado de mafia hasta el culo. Barra americana; bebida de importación; chicas semidesnudas bailando, no te enseñan su cuerpo, pero te incitan a llevartela a una habitación. Un pianista judío... qué gustaba mucho a los altos capos de la mafia, se llamaba: Arthur Bonetta.
El negocio iba bien, la ley seca estaba durando más de lo que esperaba. Llevamos tres años con la maldita emmienda que prohibe el alcohol, pero aquí... bueno, tengo mis contactos.
Volviendo a Jacobs... le vi entrar, con su sombrero y su caro traje, pero lo primero que vi, lo que más saltaba a la vista era su corbata blanca sobre una camisa negra.

Eran malos tiempos para la poli y buenos tiempos para la mafia que tenían comprados a la mayoría del cuerpo de policía.
Zhirzheki, mano derecha y consiglieri de Al-Capone; el pez gordo de la mafia en Chicago. Zhirzheki, gobernaba chicago desde la sombra. Era un ruso sin escrúpulos que no tenia duda en sacar un ojo a la mínima falta de respeto que cometían contra el, de hecho nadie le faltaba el respeto. Era sanguinario, fán de los cuchillos, y se le daba bien eso de el crimen organizado. Después están sus secuaces, sus lameculos ,tienen la cara tan pegada al culo de Zhirzheki que huelen a su mierda todo el día, son Bob y Patrick; todo el día van juntos y Patrick es medio retrasado. Luego está la cocainómana de su mujer, Giulia; era Siciliana y mujer de Zhirzheki, es una maldita aspiradora de cocaína, esta más rato esnifando nieve que respirando. Medio Chicago y alrededores han gozado de sus caderas,  encima de cocainómana también ninfómana.
Claro... esto explica que Zhirzheki se cargase con sus lameculos a bastantes socios.
Daniel Jacobs... ¿sabéis? las noches de Chicago son complicadas si sales buscando una juerga tú solo. Él estaba recién salido de prisión así que pensó que nada mejor que beber, fumar y conocer a una típica prostituta de los locales cercanos. Así qué, sin saberlo, acudió al mío.
"The Mens Paradise" se llamaba.

Los problemas vinieron rápido. Vió pasar a Giulia, la mujer de Zhirzheky, con la nariz blanca, llena de esa mierda que por moda todos consumían. Daniel le miró el culo apretado bajo ese vestido color marron caoba y esa piel dorada por el sol de la toscana Italiana y a nuestro amigo,se le pasó por la cabeza pasarlo bien con ella pero sólo pudo mirarla. Detrás apareció Zhirzheky que dió un golpe a Daniel casi sin motivo, Daniel, enfadado fué a darle una buena zurra, pero detrás suya aparecieron Bob y Patrick, los lameculos, y le dieron un botellazo en la cara seguido de una paliza brutal que lo dejó en el suelo inconsciente a la vista de todos.
Todo en el local era Jazz, buen ambiente, un piano que sonaba estupendo debido a las manos de Arthur Bonetta y sobre el piano cantaba una preciosa chica con un vestido rosa apretado realzando así sus curvas. Un club de alterne nocturno con bastante clientela selecta, y de bonitas y largas noches de fiesta, donde el color rojo predomina y es esencial y donde destacan las chicas por encima de todo.
Pero parece ser que Zhirzheky se enfadó más de la cuenta, tomó un litro de gasolina y le pegó fuego a la planta de arriba del local, donde tenía montada la zona de diversión para los clientes. La parte de abajo resultó levemente dañada, pero más que nada la parte de arriba que se redujo a cenizas.

¿Yo qué sabía en toda la mierda que me vería envuelto? Yo servía copas y ahora mírame, contando una historia de Mafias; polis; bandas; problemas; drogas y un largo etcétera. Nunca había usado un arma, de hecho el arma más peligrosa que he tenido han sido los dardos que había en el local que ademas tambien se quemaron. Entonces ¿yo qué sé de armas y de meterme en líos?
Ahora es cuando todo empieza.

Fue hace trece años, en 1923 en la que la familia Capone y la familia Varei, (que así se apellidaba Zhirzheki) iban haciendose también con Los Angeles y como dije antes eran casi las diez. Después de la paliza y de que los bomberos apagasen rapidamente el fuego se despertó; magullado, dolorido, borracho... vamos ciego como una cuba. Su mente turbada por el alcohol no le dejaba ver, tampoco los moratones en su ojo derecho por las patadas recibidas, tenía a ese hombre en el suelo de mi local con cristales en su espalda, así que cerré las puertas del club y comenzé a preguntarle cosas. Esperé a que se pudiera levantar pero pensé... acaban de darle una paliza y yo aquí de brazos cruzados, le acerqué una silla, un poco de hielo y lo levanté para sentarlo en la silla.
     -¿Quién eres y por que demonios la primera vez que te veo aquí es la vez que ha bastado para que arruines mi local?>>
  -no recuerdo nada- me dijo con la voz muy baja y jadeando dolorido me dijo que no se acordaba de nada, que no recordaba quién era. Mierda, tenía el único testigo que pude coger para que el seguro me pagase el destrozo y padece de amnesia... ando bien fastidiado. Él está sentado, su corbata blanca ha pasado a un tono rojizo sangre y su cara es una mueca ensangrentada. Doy vueltas por el local y veo su cartera, la cojo y la abro... ¡MIERDA! este tío es de la pasma, tengo a un poli amnésico en mi local que se cae a cachos por las cenizas de la parte de arriba, ya apagadas. Si quisiera provocar algo así, esto, no me pasaría en un millón de años, pero cuanto mas evito a un poli, más polis me vienen. Encima éste viene como si sacases un Ford de fábrica: recién hecho, sin memoria y seguramente con una familia a la qué cuidar y de la que no se acuerda. lo veo en su cartera, una foto familiar de el, con su hija y su mujer.
A pesar de qué es poli acojo a ese hombre sin memoria en mi planta de arriba, en la cuarta planta, que es mí apartamento particular, mientras duerme curo sus heridas. Sigue descansando y... yo me meto en la boca del lobo y voy a la comisaria a preguntar sobre ese hombre enseñando su identificación.
-Eh, disculpe. Quería saber, quién es Daniel Jacobs, me encontré esta cartera en la calle y quiero dársela personalmente>> dije sacando la cartera.
    El hombre alzó la vista tras el periódico y habló extrañado: -¿Jacobs? Sí conozco a ese tipo pero no se la podrá dar, fué policía aquí hace unos siete u ocho años, ahora está en la carcel creo, fué condenado por asesinato en primer grado.
-¿Asesinato? Y dígame, ¿ésta es su familia?
-Sí, lo era. Un tipo violó a su mujer y la mató, y también raptó a su pequeña, la violó y la mató, Daniel se tomó la justicia por su mano y mató al asesino. Está en la carcel a raiz de que se tomó la venganza por su mano y mató al asesino, seas poli o no, no puedes hacer eso.
     Cerré la cartera y me fuí, había atado cabos y sacado conclusiones. Quizás él crea qué es poli o quizás se crea que aún su familia sigue viva, ¿quién sabe?, pero le propondré un trato, le ayudaré a recuperar su verdadera identidad y él me ayudará con la reconstrucción de mi local. Creo qué... es un trato justo.

Continuará...

martes, 9 de diciembre de 2014

Marvin y el asesino de los andenes, capítulo 2. Parte 3/3

Capítulo 2. "El asesino de los andenes". Parte 3/3. (Leete los dos anteriores para comprender el capítulo)

-Me querías, aquí estoy, ¿que pasa Marvin?
-hola Dr. Morgan, te llamaba por que quiero que me acompañes a la vía de trenes subterránea, a ver si encontramos algo que se escapa a la vista de la Cía>> dijo alzando la mano al camarero para pedir dos cervezas.
-a la Cía no se le escapa una Marvin. Si quieres ir para situarte y para estudiar la zona vale, pero no esperes hallar pruebas
-Si hallo una prueba importante... me invitas a cenar
-trato hecho, vayamos pues.

Salieron después de tomarse una cerveza del café King Of Dorado en ese atardecer en el que estuvo estudiando las fotos, recibió una llamada de la Sra. Hollow que tenía un sospesocho, pero la corazonada de Marvin era otra, dejó que Hollow hiciese su trabajo sin mostrar demasiado interés, pues Marvin sabía, que iba a hallar algo allí. Entró al cuarto de baño a ponerse a tono con medio gramo y a coger entre sus manos el cubo de Rubik. Salía por la puerta del café y el sol estaba a punto de caer. Se pusieron en marcha en un taxi que les dejó en un callejón desde el que cruzando dos calles bajaban por una oscura y sucia alcantarilla caminando hasta llegar a esos abandonados andenes donde con linternas burlaban el cordón policial y buscaban restos de sangre u objetos similares.
<<Marvin aquí... ¡ah!, ¡que asco! hay sangre, creo que voy a vomitar...
-vaya, qué sensible. Morgan, si potas, pota más allá ¿quieres? Aquí hay... bueno, es el paraíso de los observadores.
-¿Qué ves? >> dijo Frank Morgan pasandose un pañuelo por su boca, limpiándose los restos de vomito.
-pues veo... nada y todo a la vez, puedo intuir algo importante, ¿ves éste tornillo tan pequeño? Pertenece a una navaja, si se ha caído quiere decir que esa navaja ya está rota, lo cual tuve razón en aventurarme a decir que era una navaja antigua, medianamente antigua, de tres a cinco años. Se le cayó un tornillo, y el asesino no pudo faltar a su cita de matar a una persona y llevarla a ese lugar, a pesar de que es una vía abandonada aquí se suelen reunir personas de distintos géneros; músicos a tocar música improvisada; nazis para sus reuniones de política, o lo que creen que es política para ellos; yonkis, drogadictos, mendigos e indigentes a dormir... lo que me incita a seguir pensando... él mataba una persona diaria ¿no?, supongo que las mataba fuera y una vez aquí, introducía las frases con sangre que tienen los cuerpos escritas en sus pechos, y sí... quizá se le cayó este tornillo de la navaja. El asesino que se dió cuenta tarde no pudo usar una navaja. Tuvo que usar otra arma para su última víctima, ¿notaste que el corte en la vena aorta de la última víctima era de más milímetros que una navaja normal?
-no lo recuerdo, Marvin, mas que nada por que no puedo ver un cuerpo ni la sangre, ¿recuerdas Marvin?
-ah sí... eres un endeblón que va de puntillas Frank, sea más... atrevido doctor.
-bueno, consejos aparte ¿a qué conclusión has llegado?
-he llegado a la conclusión de que el asesino tiene un grave problema de control de la agresividad, seguramente llegó a casa, se dió cuenta que no tenía la navaja en condiciones para usarla al día siguiente y dió un golpe en algún espejo de su casa... se hirió la mano y ese pedazo de cristal que cayó fué el arma que usó para matar a su cuarta y ultima victima. Tuvo que esperar tres días, y en el cuarto lo pensó. Y al quinto, cuando creíamos que se habían esfumado los asesinatos "¡PUM!" <<dijo dando una fuerte palmada- llega el cuarto asesinato. En su vena aorta hay restos de fibras de vidrio, pequeños cristales hechos trizas que me permití el lujo de examinar, todas las piezas de este maquiavélico puzzle me lleva a esta mañana: a ese fotógrafo, ese tipo que me dió las fotos, como se llamaba...¡Sam! Ese era el nombre, en su cara había gestos que solo tienen ciertas personas. Gestos que, aparentan desequilibrio mental, quiza esquizofrenia, o rasgos de doble personalidad y para eso le necesito a usted Frank. Vayamos a su casa ahora, vayamos a hablar con él y usted que es psicólogo si nota alguna anomalía le interrogaré formalmente en la comisaría
-bueno, eso es una buena prueba, parece que tendré que invitarle a cenar
-sí, soy un hombre de gustos sencillos, con una lubina bastará -dijo Marvin sonriendo vagamente.

Llegaron a casa del fotógrafo y periodista, Sam Myers se llamaba para ser exactos. Marvin tenía una llamada perdida de Lindsay Hollow en su busca, pero a Marvin no pareció importarle. Llamaron a la puerta de Sam qué dió un puñetazo a la puerta intentando escapar con una fuerza física que jamás había visto. Fueron 3 policías, Frank Morgan y Jay Marvin los que tuvieron que reducir a Sam y llevarlo a la comisaría como primer y evidente sospechoso de ser el asesino de los andenes.
Pasaron dos horas, y Sam, frente a Marvin en una habitación interrogatoria, Sam lo confesó todo. Bueno... Sam no, sino su otra personalidad. Se hacía llamar Donnie Zarko y era el culpable de los cuatro asesinatos, Sam era el bueno por así decirlo, pero había perdido la cabeza. Cuatro crímenes perpetrados a sangre fría por motivo de una melodía y de batallas interestelares decía,obviamente a Sam, se le había ido la cabeza. Pasaban los días y Marvin, que era conocido de Sam pasaba a visitarle a la cárcel llevándole su café favorito; en vaso de tubo, bien cargado, con leche condensada, nata por encima, canela molida y muy caliente, y Marvin le hablaba de lo que el otro tipo que tenía en su cabeza, le decía... le decía cosas de una melodía y de que su alma era inmortal y viajaba de eras en eras, justo el texto que se completaba juntando todos los textos que tenían las víctimas sobre su pecho. Sam, el asesino de los andenes, estaba entre rejas. Marvin telefoneó a Hollow pidiéndole disculpas por ignorarla, pero era un premio, ya que había encontrado al Asesino. Marvin se sentó en su despacho y seguía con el cubo, ya tenía completa la fase de cuadrados blancos pero al intentar completar la roja, esta unión se separó y los cuadrados blancos se separaron, Marvin hizo un gesto de rabia y dando un suspiro, guardó el cubo y leyó su siguiente caso... era tarde, debía dormir, mañana le esperaba otro día de trabajo donde tenía que dar el todo por el todo, pero esa noche, antes de dormir, telefoneó a Frank Morgan y le dijo: "Sr Morgan ¿para cuando esa suculenta, exquisita y deleitosa cena?"

CONTINUARÁ...

Sino has entendido mucho este relato vuelve a leer: "Marvin Capítulo 1" o "Falsas Pisadas" que está enlazado en grán parte con este capítulo de Marvin.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Marvin y el asesino de los andenes, Capítulo 2. Parte 2/3

Capítulo 2. "El asesino de los andenes". Parte 2/3. (Leete la parte anterior para comprender el capítulo)

Morgan no tardó en llegar. Notó el nerviosismo en la voz de Marvin, que deseaba verlo rapidamente.
Fué el 12-6-2016, estaban sentados en el café Master Of Paradise, tomaban un café, por supuesto el café de Marvin con un culín de Bourbon, sentados uno frente a otro marvin le dijo que le vendría bien su ayuda; pues al ser psicólogo era inestimable su apoyo en cuanto a entender las mentes criminales que podría encontrarse en el camino. Varios cuartos de hora después, entre cafés y donuts, Frank Morgan ya había aceptado ayudarle ésa vez, con la excepción de tener que usar armas de fuego o ver de cerca la sangre. Ambos estrecharon sus manos y salieron de la cafetería con rumbos diferentes. Marvin fué a una cita que tenía esa mañana con un periodista y fotógrafo que necesitaba verle, se citaron en el paseo del riachuelo del parque Lancashire. Marvin llegó y tomó de manos del fotógrafo unas fotos de escenas de crímenes, de los cuatro crímenes que ese fotógrafo había fotografiado. Tal vez sería una ayuda extra para ayudar a Marvin. Cuando se despidieron, Marvin, observador como de costumbre se quedó mirando la mano del fotógrafo que tenía una venda tapando un corte.
Marvin seguía investigando. Pasaban las horas e iba estrechando el cerco, con su traje negro y su camisa blanca bajo una corbata naranja fuerte, entró a una tienda de antigüedades y exportación situada en la zona de comercio Offer. El dueño era Joe, un joven veinteañero que tenía cosas de lo más extrañas en esa tienda, discos de rock, planos sobre una máquina llamada "teletransportador musical" pero nada de Navajas de exportación. Buscaba información en la red, sobre casos de asesinos que perpetran sus matanzas con navajas o cuchillos por el estilo. Y accediendo a archivos de la policía nacional Española, leyó el caso en que confundieron a Ricardo Fernández; un joven Español, por un crimen racista cometido con una navaja en un taxi, pero que más tarde se pudo demostrar que no fué él, gracias al testimonio de el mismo taxista Matthew y a la policía científica que pudo comprobar que no había huellas de Ricardo en el arma homicida. Marvin seguía leyendo... pero para centrarse acude a la central de asuntos internos para seguir estudiando a asesinos similares, pasan las horas, el tic tac que marca los segundos en el reloj pone nervioso a Marvin que se desconcentra ante tanto ruido, necesita un gramo... y acude a quien puede conseguírselo de la mayor calidad, a su amigo Jackie, y ya de paso hacerle un amistosa y breve visita.

-¡hey Jackie!
-¡eeeeeeh ¿como te vá? mira quién regresa al barrio! -Se saludadon como suelen hacerlo los amigos, chocando el puño y dándose un abrazo.
-¿qué tal jackie? Oye tienes que ayudarme... me hace falta...
-ya Jay, lo sé, solo me buscas para eso, antes vivíamos juntos y ahora solo me buscas para tu gramo... sé qué andas ocupado pero de vez en cuando podías pasarte a jugar un poco a basket, recuerdo lo bien que se te daba
-lo sé hermano, pero ando muy ocupado, no acudo a tí de no ser por eso. Y está mal, pero... ¿tienes algo para mí?
-sabes que sí, ven acompañame.
Marvin siguió a su amigo de la infancia Jack, era quien le sacaba de las peleas a Marvin, contra los propios chicos blancos, chicos del mismo color que Marvin que le pegaban por juntarse con Jack, un chico de color.
Ahí iban, llegaron a un callejón en el que Jack sacó del tobillo bajándose el calcetín una bolsita transparente que contenía los gramos suficientes para un mes, a Marvin, debido a su abusador consumo, le duraría tan solo dos semanas.
De repente y ante la vista de Jack, Marvin sacó el cubo de Rubik y Jack, que le miraba extraño le dijo:
-¿sabes qué en internet hay trucos para completarlo rápido? Podrías echarle un ojo
-con trucos y facilidades no me gusta hacer las cosas -respondió Marvin sin apartar la vista del cubo- por eso soy detective y no policía
-¿qué diferencia hay? Son lo mismo no -dijo esnifando una pequeña cantidad de ese polvo blanco que estaba sobre una mesa de madera desgastada.
-es una diferencia abismal Jackie, el detective investiga y pone en bandeja muchos crímenes y digamos... que deja migas de pan y deja pistas, como los videos sobre el cubo de Rubik. Y un policía es el qué acude luego, después de que el detective ha logrado encontrar algo, los policías acordonan la zona, establecen un perímetro e investigan o hacen como qué investigan cuando ya tienen todo de cara, todo mas facil. Los policías serían los que ven los videos para completar el cubo de Rubik, ademas me gusta hacerlo, me relaja y me ayuda a pensar esto de mover el cubo.
Jack, que ya iba colocado sólo pudo decir "wow Marvin, como le das al coco eh"
Marvin frunciendo el ceño asintió con la cabeza mientras cada preciso movimiento iba uniendo los colores rojos del Cubo pero desordenando el verde, se frustraba... miró el cubo por abajo alzándolo las manos arriba y para su sorpresa el blanco estaba completo, dijo: "El Blanco está perfecto, abajo todo está bien...abajo, todo... ¿está bién?"
En seguida reaccionó y fué abajo, para ver si todo estaba bién. En su mente, abajo, era la vía subterránea donde se cometían los crímenes de ese curioso asesino. Y en efecto fué "abajo", a la vía de tren abandonada a comprobar sí todo estaba bién, si los de la científica habían echo su trabajo sin dejarse atrás nada. Telefoneó a Frank Morgan para qué le acompañase y se citaron en el café King Of Dorado, la ayuda de Frank era importante.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Marvin y el asesino de los andenes, capítulo 2.

Marvin Capítulo 2. "El asesino de los andenes". Parte 1/3 (Leete las dos partes restantes para comprender el capítulo) "Para no tener resaca sigue bebiendo", y eso hizo Marvin, que se despertó a rastras por su habitación, buscando el dichoso despertador que le penetraba el sentido. Le dió un golpe pero no paraba de sonar y comprendió, aún adormilado que no era el despertador, sino que era el teléfono, se levantó con un ojo casi cerrado y otro casi abierto, con cara de sueño, en busca de ese molestoso timbre y esquivando su ropa por el suelo tomó el teléfono, descolgó y respondió: -Detective Jay marvin al habla, ¿en que puedo ayudarle?- dijo entre bostezos y con una terrible resaca. -Hola Marvin, soy Frank...Frank Morgan, espero que no sea muy temprano- Dijo con voz entrecortada y casi disculpándose -Temprano es una cosa... esto es una ofensa-añadió riéndose- pero... dígame, le escucho -he estado pensando en lo que hablamos y... de momento no me conviene la idea, estoy pasando por una racha como bien sabe y no me viene bien mezclarme en casos en los que hay que dar el cien por cien, si es cierto que podría echarle una mano en algún caso, pero compañeros ahora mismo, me temo que no. -Como usted quiera Inspector, pero si lo que le preocupa es dar el cien por el cien, déjemelo a mí, yo doy el doscientos por cien, disculpe mi ronca voz, parezco un camionero ¿no es verdad? -si eh... bueno, entonces por el momento sólo nos echamos una mano, llámeme cuando necesite ayuda y allí estaré.">> Marvin se levantó a ponerse un café con whisky y un cigarrito aliñado verde para sentirse como habitualmente se sentía. <<¡qué gozada!>> dijo marvin dando un sorbo al café. Salió por la puerta y rapidamente llegó a su nuevo despacho, del departamento de inteligencia, saludó brevemente a todos sus nuevos compañeros que ya le esperaban y fue a su despacho, ese pequeño despacho en el que con una placa en la puerta ponía su nombre y su nueva ocupación: Detective Marvin. No tardó en sentarse y descubrir que encima de su mesa tenía ya sus cuatro casos: el de un asesino que había matado ya tres hombres en la vieja estación de trenes, no se le veía la cara, nada del departamento de huellas y nada de pistas; y otros tres casos, que eran dificil de resolver casi tanto como ese, pero para empezar, Marvin se decantó por el caso del asesino de los andenes, primer caso con el que se bautizaría como Detective. Dejó los otros a un lado pero no podía concentrarse. En su desarrollada mente entraban las voces de la gente mas allá de su despacho, las grapadoras chasqueando cuando chocaban entre sí, el pasar de las páginas, la presión de los dedos en el teclado del ordenador que no dejan de hacer ruido, la máquina de café, a la que le propinan golpecitos en el lateral por que está averiada, la caída de una llave inglesa al suelo desde una escalera donde un técnico instala y configura cámaras. Todo eso no le deja a Marvin pensar, así que cerrando las persianas de su despacho se pone a tono con medio gramo. Se sienta y recupera la concentración, se pone a leer el caso y no halla una respuesta clara. "Varón de estatura media que mata a sus víctimas por la espalda y a sangre fría sin discusión ni motivo previo aparente" fotos de la escena del crimen, del cadaver y del arma usada; una navaja con la hoja made in Spain, Albacete, ya había tres asesinatos similares, uno diario y ni ayer ni hoy se ha vuelto a cometer un asesinato similar. Se cree que son varias personas implicadas en la trama. Solo tenía eso para empezar, pero era suficiente, con su cubo de Rubik en las manos para relajarse y pensar, y dando vueltas por su despacho decide llamar a la subteniente Lindsay Hollow. -La subteniente Hollow al habla, ¿digame? -¿Subteniente Hollow?, soy el detective Jay Marvin de inteligencia de Chicago, es mi primer caso, aun soy algo novato en este departamento, me dieron su número para guiarme y bueno... quería saber, para ser exactos el porcentaje de navajas traídas desde España en los últimos tres años... sí, de tres a cinco años, concretamente de Albacete, del modelo Pastora, hecha por la fábrica de artesanía Albainox -me temo que no podemos hacerlo tan facil, nos llevaría dos semanas mas o menos interrogar a cada vendedor -quizá el asesino, que fue quien lo compró era hombre de campo y en principio la compró para hacer tareas o...no se, bueno estas compras tan a lo lejos se suelen hacer por internet y bueno, debe haber un controlador de cuando sale el artículo y cuando viene. Ejecute esa búsqueda y dígame los resultados -okay, así tardaré unos ocho días -dividámonos el trabajo, usted busque en la octava y en el noroeste, en las tiendas de artículos de caza y de navajas que aquella zona comercial habita, yo improvisaré el perímetro buscando en Offer y en correos llegados desde europa y pediré un informe de las ventas de artículos de caza en estos últimos cinco... o tres años -otra cosa Detective Marvin,¿cómo ha llegado a la conclusión de ponerle edad a una navaja? -mire subteniente cualquier navaja con mas de tres años se le sueltan los tornillos y la persona tiene que apretarlos, no quedan igual de duros que de fábrica, y lo he podido demostrar. Estuve mirando la navaja y la comparé con una que tengo en casa que tiene casi los tres años y ya se le estan empezando a mover los tornillos, pero pude comprobar lo duro que estaban los tornillos de mi navaja, y la del asesino estaban blandos, apretados por un destornillador normal, en ausencia de un destornillador industrial que funciona a presión y queda mas apretado que los tornillos de un submarino por así decirlo -vale, me ha impresionado, solo era eso- dijo la subinspectora con una risita nerviosa. -bueno, pues si no tiene nada más que hacer le sugiero que empiece su búsqueda, llámeme al busca si necesita algo. Así acabaron la conversación,Marvin que miraba su cubo de Rubik totalmente incompleto y a la vez pensaba en Morgan... era hora de llamarlo. Continuará...

jueves, 4 de diciembre de 2014

El Teletransportador Musical.

Es una lástima eso de oir una canción o un grupo y que sus componentes se hayan separado, o alguno haya fallecido ¿verdad? Todos nos ponemos melancólicos y deseamos acudir a ver a nuestros artistas favoritos... y entonces pensamos que si no hubiesen muerto, estaríamos viéndolos y disfrutándolos en directo.
Son ya tantos grandes que nos han dejado... Freddie Mercury, Michael Jackson, Bob Marley, John Lennon... Lennon era la pieza de dominó que Yoko Ono golpeó, y así las otras tres piezas cayeron dejando un precioso, pero melancólico legado al mundo de la música.
Tantos genios que ya no están entre nosotros que es una cuenta muy larga de talentosas voces dormidas en el corazón de millones de personas que aún hoy los recuerdan. Me llamo Kevin Frost, y yo, hoy día, sí puedo recordarlos y ver a todos mis artistas favoritos. Hace dos años surgió esta misma conversación con Joe, el dueño de Antiquities Objects, una tienda de antigüedades y artículos de exportación. Paseaba por su tienda viendo vinilos de música de los más grandes: AC/DC, Metallica, Scorpions, System Of A Down, Europe, Queen. Pasaron dos horas y seguía hablando con Joe, un hombre de edad avanzada. Mirando cosas por su tienda de muebles color cecina, agrietados por abajo debido al peso que sostienen las cargadas estanterías, telarañas por encima de libros, televisores casi centenarios... lo que más me llamó la atención fue una especie de cápsula en forma de WC portátil. Era transparente, con un líquido verde en una especie de cuentagotas, tenía cables y enchufes super extraños a cada lado de esa extraña máquina. Sin apartar la vista de ese raro aparato, llamo a Joe, que lo oigo venir por el ruido que hacen sus babuchas al andar sin apenas levantar los pies.

-¿Qué es este trasto, Joe?
-Yo no llamaría trasto a ese trasto... quiero decir, al teletransportador musical.
-Teletrans... ¿qué?
-Teletransportador musical, Kevin. Tal como lo oyes.
-Y, ¿de qué va? O sea, es una broma, ¿no? Esto es alguien que se aburría y pensó en hacer un teletransportador, digo yo, ¿no?
-no, es un teletransportador musical, que es muy diferente y, sí, funciona, lo inventé en 2.040, empecé a trabajar en él en 2015, aún tengo los planos por ahí,y desde que lo acabé en 2040 lleva en esta tienda otros siete años, ¿quieres probarlo?>> dijo con su fuerte acento italiano.
-Pero... ¿cómo funciona? Es decir, ¿qué tengo que hacer?

Él seguía explicándome el funcionamiento, y me aclaró que tenía que ponerme el cuentagotas pinchándomelo en la vena colocándome una vía. Cuando me dijo tal cosa empecé a sospechar un poco. Estaba asustado, no voy a mentir. El teletransportador musical solo podía llevarme al pasado, y para ser exactos, solo a conciertos o a lugares referidos a la música. Podía permanecer un máximo de 12 horas allí, al pasar un minuto más me quedaría para siempre en el año en el que estuviese. Esa era la primera regla. La segunda regla era más dificil; no podía hablar con nadie ni tocar a nadie para no alterar el orden sísmico en el futuro. Y la tercera regla era no hablarle a nadie del teletransportador musical. Contando con eso me subí al asiento abriendo la mampara, me coloqué y senté, y Joe cogió la aguja con la vía de ese líquido verde que llamaba "Transportium". En seguida me indicó que el panel que tenía a mi derecha controlaba y elegía mi destino. Comenzaba a creérmelo, pero hasta que no viajase, no iba a venerarlo del todo.
Ese panel, con una virtual voz robotizada, me preguntó que a qué concierto iría. Me dio detalles del precio que tenía que pagar para la entrada, siempre sin hablar con nadie y sin tocar a nadie.
Daba la casualidad que ese día no tenía nada en la cartera, así que le dije al panel que quería ir al 5 de Diciembre de 1976, a un concierto gratuito y en nombre de la paz que dio Bob Marley dos días después de que le disparasen dos balas cerca del corazón y el hombro.
Fue pronunciar "1976" y comencé a ver como mi cuerpo se hacía láminas e iba desapareciendo... Y en efecto, funcionaba. Allí estaba yo, super emocionado y dando gritos de alegría... Recordé que no podía dar la nota así que en seguida cerré el pico. Ahí me encontraba, rodeado de un ambiente tranquilo y un fuerte olor a cannabis. Bob cantó a pesar de las dolencias, y en ese lugar se regía un ambiente de paz, sosiego y tranquilidad que nunca había visto. La gente me miraba, veía rara mi ropa y mi peinado, pero yo, con precaución de no tocar a nadie, allí estaba, atónito ante tanta perfección musical. Mis mejillas se ponían coloradas, un placentero escalofrío de emoción erizó mi piel, sonrío y me dejo llevar. De repente, mientras Marley descansaba sentado en el suelo de la tarima, un hombre se abrió hueco entre la gente y le preguntó a Bob por qué cantaba si estaba herido y dolorido, y Bob, levantándose ayudado por su amigo, con gestos de dolor en su cara, dijo: "La gente que está tratando de hacer del mundo un lugar peor no se toman ni un día libre de descanso, ¿cómo podría tomarlo yo? Ilumina la oscuridad amigo".
Fue ver eso y las lágrimas de emoción corrían en mi cara. El hecho de ver a Bob Marley en directo cantar y hablar de la forma en que lo hizo fue genial. El inconveniente era no poder abrazarlo o pedirle un autógrafo, no podía permitirme ser el culpable de alterar el futuro, porque ese futuro era mi presente. Luego, entre una nube de humo de cannabis y velas en el aire al compás de "No Woman No Cry", el atardecer se acercaba tiñendo el cielo y las nubes de un rosa mosqueta, mientras el sol caía detrás de Marley, que sonreía como solo él podía sonreir. Sonreía de verdad, una sonrisa sincera en un cuerpo en el que solo había paz, transmitiéndola a todos los oyentes...
El concierto acabó, y mis vellos -incluso ahora recordándolo- se me pusieron de punta. Creo que esa experiencia fue la mejor de toda mi vida.

Pero... hubo más, y a partir de aquí la cosa cambia. Os voy a contar la parte en la que accidentalmente creía que la cagué pero que casualmente hice bien al futuro. Estaba con el dinero de la entrada en la mano para ir a la tienda de antigüedades de Joe, le saludé brevemente y me metí en el transportador para ver a The Beatles. Pero por error me llevó a otro lugar, al edificio Dakota, en Nueva York. Eran alrededor de las 10:50 pm del 8 de diciembre de 1980, y buscando y mirando como un loco el concierto de The Beatles, entré en el Dakota, pues pensé que quizá podía ser en el interior un acústico a puerta cerrada, pero nada. Salí afuera y miré a la azotea, ya sabeis... ese concierto en el que cantan en una azotea, pero tampoco. Con tanta prisa y giro de cabeza e ir a lo loco me choqué con un hombre que se fue rapidamente sin pedir disculpas ni mirar atrás. Se le cayó una pistola de su bolsilló que impactó en la moqueta del suelo y me quedé asustado. Rápidamente vuelvo y me siento frustrado... He malgastado dinero para un concierto que no se dio, o que sí se dio pero dí mal las coordenadas. Pasé la noche en casa chateando y mirando en internet fechas para ver a The Beatles en sus conciertos más legendarios, y para mi sorpresa... dan uno el mes que viene todos los componentes del grupo; Ringo Starr, George Harrison, Paul Mcartney y... John Lennon.
"¿Cómo es posible que Lennon esté vivo?", me pregunto. Busco en google "John Lennon Muerte"
y no encuentran resultados... Sigo buscando y pongo "intento de asesinato a John Lennon".
Entonces hago Click y leo que el día que intentaron asesinarle... fue el día que yo me topé con ese hombre. Entonces supe comprender que era Mark David Chapman, y que iba a ser el asesino de Lennon. Intentó matarlo a golpes, pues se le cayó la pistola con esas cinco balas en aquel choque conmigo, pero le delataron y hoy día Lennon está vivo.
Voy rápidamente corriendo por el pasillo de casa hasta llegar al salón donde está merendando mi padre y grito en voz alta con un gesto de impresión: "¿LENNON ESTÁ VIVO?"
Y mi padre sin alzar la vista por encima del periódico me dice: "¿Pero qué mosca te ha picado? Claro que está vivo, ¡el mes que viene hay un concierto aquí!"
Entonces, sin pensar ni un segundo en lo que hice, salí de casa en pijama -un pijama que jamás debería haberse visto- y voy gritando "¡¡LENNON ESTÁ VIVOOO, Y YO LE HE SALVADOO!!" ante las miradas extrañas y muecas de burla y sonrisas de la gente, pero me da igual, he salvado a Lennon y eso es lo que importa.
Pasan los días, y con esto la paga semanal. Quiero ver a Michael Jackson, pero necesito muchas pagas semanales... así que me busco un trabajo, y con lo que gane en el primer mes iré a ver a Jackson.
Ese mes pasa lento, pero pasa. Ya tengo cuatro pagas y el sueldo del mes. Voy emocionado a ver a Jackson, año 2.000, gira "Dangerous", en Budapest.
Fue pisar el suelo que Michael había pisado y verle encima del escenario bailando y cantando con todo tipo de pirotecnias y luces, coreografías e impactos lumínicos, que quedé sorprendido. Era un espectáculo visual que no tiene nombre, simplemente fabuloso. La gente, el calor, la emoción, los bailarines, el talento sobre el escenario. Slash era el artista invitado para ejecutar el Sólo de guitarra en "Beat It". Muchos se desmayaron, y eso me hace pensar si han pagado una pasta para desmayarse. No lo entiendo.
Michael bailaba y todos le mirábamos. Se hace un silencio que se rompe cuando finaliza el concierto y tira su bombín negro al público, enloqueciendo a todos... El espectáculo había acabado, y mis pelos de punta continuaban varios días después de ese homenaje a mis sentidos, qué grande es la música.
Entretanto sigo visitando conciertos. Metallica en la plaza de toros de Nimes en 2.009. Me quedé anonadado con "Nothing Else Matters", cantada por su vocalista James Hetfield. Ese mismo año pero en España, en Guadix, veo a Mägo De Oz con la gira "La Ciudad De Los Árboles", y el ambiente celta de esa noche mágica en la plaza de Guadix en la misma feria de la localidad fue realmente precioso. Ver a ese magnífico grupo resultó sin duda la mejor opción posible.
Seguía visitando conciertos: la expo en Barcelona, cantando Freddie Mercury y Monserrat Caballé; Queen en Suiza con su "The Show Must Go On"; Jimi Hendrix cantando "Hey Joe" en Chicago; James Brown con Luciano Pavarotti cantando "This Is A Men's World", y si siguiese contando conciertos no pararía. Y ahora, mientras tú terminas de leer, yo voy a otro concierto de The Beatles en la azotea de Apple Corps, con las canciones del álbum "Let It Be", y mañana los veré en directo sin necesidad de usar el Teletransportador Musical. Y recordad, la música da vida. La buena música da vida.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Falsas Pisadas.

     ¡AVISO IMPORTANTE! Si no has leido    "La reveladora Melodía", deberías             leerlo antes que este para que logres       entender este relato. Es un consejo ;)

Me llamo Sam Myers... y soy periodista... desde hace días algo me persigue, o esa es la sensación que tengo, con un estremecimiento seguido de un escalofrío por mi nuca se rodea y oigo una melodía molesta en mi cabeza. Ni pastillas para la cabeza, ni para dormir, ni para relajarme me hacen concentrarme en mi trabajo. Soy periodista y fotógrafo de escenas del crimen, y publico relatos de crímenes que acabo por fotografiar y contar la historia de ese asesinato en un blog que varias personas siguen en internet, siempre cuento la historia pero no cuento quien lo hizo, y este caso es especial... mas que nada por que ya ha habido cuatro asesinatos de la misma forma pero no aparece el asesino, es curioso, tengo la sensación de que he visto antes a las victimas, siempre es la misma forma, corte en la vena aorta y luego un texto sobre su pecho: "que viaja de..." eso pone en este cadaver, en los anteriores ponía otras cosas sin sentido, creo que nos quiere decir algo,y todos los asesinatos son en estaciones de trenes, quizá el asesino tiene un trauma o una obsesión con matar a sus víctimas en ese sobrecogedor lugar como es la vía subterránea de trenes fuera de servicio.
Iba caminando calle abajo cuando de repente se me cayeron mis papeles al suelo, y pude ver otras fotos que no sabía que tenía; en la primera imagen se muestra a la persona con el pecho descubierto y una frase con sangre, la frase es: "Mi alma..." me parece tan escalofriante... paso a coger la segunda foto mientras la lluvia cae levemente y en esta víctima la frase es: "eras en eras."
Y la tercera frase es: "Es un alma inmortal..."
No le veo el sentido a aquello, mientras ceno, lo analizo, antes de dormir, lo analizo, al levantarme, lo analizo... incluso en el trabajo dejo atrás otro archivo con tal de acabar con este que me tiene obsesionado...
Soy fotógrafo y periodista lo que me otorga cierta libertad en cuanto ir a lugares que las gentes corrientes no pueden ir por prohibición. Decido ir a la escena del crimen, a esa abandonada vía subterránea de tren y a esos abandonados y sucios andenes.
Llego allí y el silencio aterroriza, todo está en silencio cuando de repente oigo esa melodía en mi cabeza de nuevo, esa molesta melodía con sonidos de mandolina y piano y otra cosa que no se distinguir pero que me hace sentir tan bien sin entender el porqué, pero está en mi cabeza sin motivo ni razón aparente. Sigo caminando por ahí y fotografiando cosas que me parecen interesantes, restos de sangre, y cosas del mismo estilo que llaman mi atención... pero lo que más llama la atención es el porqué de una estación de trenes...
En la puerta de un viejo cuarto de baño veo dos iniciales "D.Z." y me parece muy raro... es como tener la sensación de haber estado ahí antes, pero yo sé que no, de hecho me costó mucho entrar ahí... no veo respuestas por ninguna parte, era como seguir unas pisadas en la nieve cuando está oscuro, era como buscar una aguja en un inmenso pajar, salgo de allí y tengo que ir al Poley Coffee, que he de recoger a mi sobrino del colegio de enfrente y llevarlo a casa.
Tanto trabajo y tanto estrés... casi se me olvida tomarme mis pastillas para la esquizofrenia, ah si... ese es otro dato, tengo esquizofrenia, pero gracias a estas pastillas, todo va en orden.
Me tomo un café como siempre suelo pedírmelo; en vaso de tubo, bien cargado, con leche condensada, nata por encima, canela molida y muy caliente.
Acabo de digerir ese santísimo café que tanta falta me hacía y entro al lavabo para echar un trago de agua y tomarme la pastilla cuando de repente, otra vez como antes, se cae mi cartera y se caen los papeles con la fortuna y la rareza de que caen las fotos ordenadas de forma que puedo leer algo... "mi alma...alma inmortal...de eras en eras"
Recordé inmediatamente el texto de la última víctima... "que viaja de"... coloqué mentalmente esa frase en mi cabeza: "Mi alma, es un alma inmortal, que viaja de eras en eras"...
¿qué quiso decir con eso el asesino?... yo estaba excitado, no podía creer lo que había descubierto... era casi increíble...dejo a mi sobrino en casa y cojo urgentemente el teléfono, me dispongo a llamar a quién más sabe de este juego de mentes del crimen, al detective Marvin... que me dice que me dará una cita para mañana por la mañana... todo va bien hasta ahí... paso la noche en casa durmiendo...o al menos intentándolo pues en mi cabeza se repite esa molesta pero reconfortante melodía.
Pasé una de las peores noches de mi vida... tuve un sueño en el que veía a cada una de las víctimas morir ante mis ojos y yo en ese maldito sueño... era el asesino, me despierto, agotado y alicaído, muy cansado... iba a seguir durmiendo pero una llamada me espabiló en el acto, era Marvin, y yo... tenía algo que contarle, me vendo la mano pues hace cuatro días me hice un corte profundo y no sé como fué pero se ha vuelto a abrir, de modo que me la vendo y marcho a hablar con el detective en el parque Lancashire, a la vera de un Riachuelo, en un paseo concurrido por gente paseando en patines, bicicletas, parejas con perros, y ya... a la entrada de el parque veo como el detective se acerca, me levanto y voy hacia el y comenzamos a hablar... me dice que llevaba un día agotador, que ayer tuvo varias cosas que hacer para investigar el caso de ese asesino de los andenes, y yo, podía echarle una mano, le dejé las fotos y le expliqué el órden en el que estaban tenía un texto que tenía sentido...se las dí y quedó mirándose a mi mano, me preguntó qué cómo me había hecho esa herida. Le dije la verdad; no sé por qué la tenía, me levanté con la mano ya herida y sinceramente creo que debido a la medicación tengo fases de histeria y creo que tiendo a autolesionarme, pero no se lo que pasa en esa fase. Me despedí de él con la otra mano, pues la izquierda me dolía aún debido a la herida que estaba de nuevo abierta.
Pasan unos días, y se me agotan las pastillas... tengo que ir a trabajar pero antes, me paso por la farmacia a por la medicación que tan importante es. ¡Maldición! La farmacia pide receta para ese fármaco y tengo que tomármelas hoy sin falta... tengo ocho horas antes de la primera fase de histeria y esquizofrenia... hoy me quedaré encerrado en casa y esconderé la llave... no podré controlar esa fase...
Pasan siete horas... y ya se acerca el brote, en el espejo de mi casa veo como comienzan a dilatarse mis pupilas y como noto que le falta un pedazo de cristal... probablemente con el cristal que me autolesioné, llaman a la puerta pero no puedo abrir, he tirado la llave... es el detective Marvin y cuatro policías tras la puerta, quieren hablar conmigo, saben que estoy aquí, esa melodía vuelve a sonar en mi cabeza y me siento dichoso, y lleno de fuerza, así que doy un puñetazo a la puerta e intento escapar pero... ya es tarde, ha comenzado la primera fase...ahora no me acordaré de nada hasta que vuelva a ser yo de nuevo.
Me llamo Sam Myers... y mañana tengo juicio por el asesinato de cuatro personas... tres cometidos con una navaja, que estaba en mi casa, y el último con un cristal con el que además me hice una profunda raja en la mano, no sé explicar como lo hice, no sé como pasó, solo tengo un video de mi interrogatorio grabado por Marvin que me van a poner ahora mismo.
El detective mete la cinta y...comienza el interrogatorio.
-¿Cree en la reencarnación Detective Marvin?
-No, si tuviese que creer en algo, sería en mí mismo, y en la ciencia.
-la reencarnación es parte de un estudio científico, y es un estudio de uno mismo, viajar de eras en eras, siendo un alma inmortal
-¿y así pretende ser inmortal usted? ¿Entre rejas?
-no hay confinamiento más agradable que la paz en el alma Sr. Marvin
-¿por qué lo hizo? Es decir, me ayudó usted a descubrirse a si mismo Sam
-yo... yo no soy Sam, Sam es el cuerpo que me he permitido escoger como alma inmortal que soy, me reencarno de eras en eras, cuando muera en el cuerpo de Sam seré otra persona... pero no en un futuro, mi alma viaja al pasado, siempre hacia detras Sr. Marvin
-siempre hacia detras eh... pues si, su celda estará detras, bien detras, pero siga diciéndome... ¿porqué lo hizo? ¿porqué matar a un luthier* (luthier= persona que se dedica a fabricar instrumentos) a un compositor, a un pianista y a un pobre mendigo que toca la mandolina?
-Todos ellos tienen en común algo, la música, esa creación que atormentaba mi cabeza pero que a la vez me llenaba de paz y fortaleza... era necesario acabar con esa melodía, pues en mi anterior vida esa melodía se pretendía usar como tecnología militar, como un arma para controlar el mundo
-ya... y tu has venido de otro mundo ¿cierto Sam?
-así es...y no soy Sam,  mi nombre real es Donnie Zarko, y soy el único protector de la reveladora melodía, conocía a esas personas de una vida anterior, yo mismo las maté cuando se intentaron interponer y quitarme la melodía para que ellos se la diesen al general Acuario
-y... ¿por qué vías de tren?
-Dario Zenotti... mafioso de 1973, voy a ser su alma cuando vaya a mi proxima vida, él tiene mucho que ver con los asesinatos en trenes... si pudiese viajar conmigo se lo enseñaría Marvin...
-sabes Sam, quiero ver la película que te estás montando en tu cabeza pero hasta que se pueda llevar al cine, tu cerebro permanecerá junto a tu cuerpo en la prisión estatal de Gray, no hay más preguntas, disfruta de tu estancia en la cárcel Sam
-Mi nombre es Donnie Zarko.

Ahora lo entiendo todo, no era esquizofrenia lo que tenía... era otra persona, otra alma dentro de mí mismo, la medicación solo me engañaba... por eso recuerdo cosas que no había visto, las iniciales D.Z. en el baño, la estación de trenes, las personas... yo no fuí el que perpetró los asesinatos, pero no se puede demostrar lo contrario, viendo ese video quedo impactado por la sutileza de esa otra persona que habita mi cuerpo... he estado siguiendo a un fantasma, he estado pisando falsas pisadas que resultaron ser las mías, ahora cumplo condena en la cárcel... ya no oigo esa melodía extraña...
Pasan nueve años y sigo cumpliendo condena, cada nueve meses el detective Marvin me visita...bueno, visita a Sam, ya no sé ni quién soy... siempre que me visita trae mi café favorito; en vaso de tubo, bien cargado, con leche condensada, nata por encima, canela molida y muy caliente.
Cuando yo muera... cuando Sam muera, Donnie seguirá siendo un alma inmortal, ya no se si soy Sam... o si soy Donnie, duermo en mi pequeña e incomoda celda... con la esperanza de poder recordar aunque sea un día la reveladora melodía.